Por María Josefina Arce
Hace casi una década el fallecido presidente venezolano, Hugo Chávez, impulsó la constitución de UNASUR, Unión de Naciones Suramericanas, con lo que la integración de la región dio un salto histórico, al disponer de un mecanismo que, sin la presencia de Estados Unidos, tenía como meta avanzar en la eliminación de la pobreza, la desigualdad, lograr la inclusión social y fortalecer la democracia, los derechos humanos y una cultura de paz.
El 23 de mayo de 2008 se aprobaba en Brasilia, la capital brasileña, el tratado de constitución del bloque que, como espacio de concertación entre sus miembros, ha permitido consolidar una verdadera identidad regional.
Con énfasis en el diálogo, las políticas sociales, la educación, la energía, la infraestructura, el financiamiento y el medio ambiente, ha avanzado el mecanismo en institucionalizar consejos especializados, como los de defensa y salud que coordinan acciones conjuntas.
De hecho fue creada la Escuela Suramericana de Defensa para la capacitación de personal civil y militar de los países miembros, al tiempo que el mecanismo trabaja en un Plan Estratégico Quinquenal para mejorar la salud de la población y garantizar el acceso a medicamentos.
El camino transitado no ha estado exento de obstáculos, pues en el bloque en estos nueve años han convivido y conviven posiciones divergentes de los distintos gobiernos, algunos de ellos abiertamente favorables a Estados Unidos. Sin embargo, UNASUR ha logrado desmarcarse de esas posturas y condenar intentonas o golpes de estado, asociados a las aspiraciones imperialistas en el área.
Desarrolló toda una defensa diplomática ante las intenciones en 2008 de la llamada Media Luna, los departamentos bolivianos de Santa Cruz, Tarija, Beni y Pando, de dar un golpe de estado contra el legítimo gobierno del presidente Evo Morales con la ayuda de la embajada de Estados Unidos.
UNASUR confirmó una vez más el espíritu democrático tras condenar el golpe de Estado perpetrado en 2009 contra el entonces presidente de Honduras, Manuel Zelaya. Para esa oportunidad el organismo regional acordó sumar mayores esfuerzos contra las acciones intervencionistas de Estados Unidos.
El bloque también ha mediado en el diálogo de paz entre el gobierno del presidente Nicolás Maduro y la oposición venezolana, que apoyada por la derecha internacional y los sectores más reaccionarios de Estados Unidos, intenta echar por tierra los logros de la Revolución Bolivariana.
En 2010 falsas acusaciones de Colombia contra Venezuela llevarían a la ruptura de relaciones entre las dos naciones. La oportuna mediación de UNASUR permitió alcanzar una Declaración de Principios, en la que se acordó la reanudación de las relaciones bilaterales con base en el diálogo directo, respetuoso, privilegiando la vía diplomática.
El bloque también ha supervisado las elecciones generales en numerosas naciones latinoamericanas, dando muestra del prestigio con que cuenta.
Lo cierto es que este mecanismo que nació por iniciativa del fallecido presidente venezolano, Hugo Chávez, se ha destacado por su accionar a favor del diálogo político entre sus estados miembros, y como un espacio de concertación para garantizar que América Latina sea un territorio de paz y prosperidad.
