Por Nicanor León Cotayo
Un profesor de Harvard, Phillip Heyman, definió este martes lo indispensable para imponer un impeachment (juicio político) a Donald Trump. ¿Qué es?
“Probar que ha cometido obstrucción a la justicia, pues probar el delito de un presidente no es algo sencillo”.
Debido a eso, afirmó el también exinvestigador del histórico caso Watergate:
“Demostrar que un presidente ha cometido un delito es muy difícil, probar obstrucción a la justicia no lo es tanto, aunque en este caso no es muy fácil”.
Heyman aclaró que ese tipo de obstrucción es un cargo posible a formular tal y como sucedió cuando la debacle del presidente Richard Nixon en 1974.
Asimismo, en ocasión del malogrado esfuerzo dirigido a sustituir a Bill Clinton por el escándalo sexual con Mónica Lewinsky (1998).
¿Entonces, podría efectuarse a corto plazo un impeachment o juicio político a Trump?
No, entre otras razones porque tiene a la mayoría del Congreso a su favor.
¿Qué podría enmarañar su actual situación ventajosa? Igual que en el pasado sus intentos de evitar pesquisas y no la supuesta trama que se investiga.
De todas maneras, nadie ha sepultado la posibilidad de que eventualmente irrumpa ese tipo de juicio al multimillonario presidente de Estados Unidos.
Suceso que, por cierto, nunca ha tenido lugar en la historia de ese país norteño.
Le exigen, caso de asomar sus orejas, una mayoría de la Cámara de Representantes que presentaría cargos, y dos tercios del Senado para declarar culpable y deponer al presidente.
En tal escenario, afirmó este martes Jairo Mejia, periodista de la agencia estatal española EFE:
“Trump no ha ocultado su oposición a la investigación iniciada por el FBI sobre lo que él ha llamado “una caza de brujas”.
Algo, escribió Mejia, que pudo estar detrás del despido por sorpresa del director del Buró Federal de Investigación (FBI) James Comey.
Otro cable de EFE reflejó lo más significativo de la jornada al decir:
“Los llamados a investigar si el presidente obstruyó el trabajo de la Justicia” se han multiplicado”.
A renglón seguido indicó:
“Por el momento, ya Trump está preparando su defensa con la incorporación de abogados privados”.
Días atrás una profesora de Derecho de la Universidad de Georgetown, Julie Sullivan, dijo lo siguiente a The New York Times:
“El presidente verdaderamente necesita un abogado”. Se está montando un precioso caso contra sí mismo”.
Pero lo mejor vino a continuación, cuando, tranquilamente, planteó:
“Una hipotética destitución dependerá de si, luego de aceptar a Trump a regañadientes, los republicanos deciden darle la espalda por los escándalos y entregarlo al patíbulo del “impeachment”.
(Tomado de Cubasí)