por Guillermo Alvarado
El presidente de Argentina, Mauricio Macri, impulsó su campaña electoral bajo la consigna de realizar un cambio en el país y, ciertamente, en el año y medio que lleva en el cargo muchas cosas se han transformado en esa nación sudamericana, entre ellas un acelerado incremento de la pobreza, de manera particular en el sector infantil.
Un estudio realizado por el Observatorio de la Deuda Social Argentina reveló que en estos momentos un total de ocho millones de personas se encuentran por debajo del umbral de la pobreza, lo cual significa un agravamiento luego de un alivio experimentado en 2015, durante la administración de Cristina Fernández.
El Observatorio hizo su análisis tomando en cuenta siete indicadores fundamentales para la calidad de vida de las personas, como son la seguridad alimentaria, la cobertura de salud, los servicios básicos de agua corriente, vivienda digna y recursos educativos, afiliación al sistema de seguridad social y acceso a las comunicaciones y a la información.
La conclusión del estudio es que ocho millones de argentinos no tienen acceso por lo menos a tres de estos indicadores. En el caso de la inseguridad alimentaria, por ejemplo, esta afecta a seis millones de personas, o lo que es lo mismo, uno de cada 10 hogares no tiene los recursos para dar comida a toda su familia.
Un documento anterior de la Universidad Católica Argentina, a la cual pertenece el Observatorio, indicaba que en el último año, durante el gobierno de Macri, un millón y medio de personas ingresaron al círculo de la pobreza.
En el caso de la niñez la situación es dramática de manera particular, pues cerca de la mitad de los infantes de cero a 17 años viven en la pobreza, o sea que no tienen satisfechas sus necesidades básicas.
Así lo indicó el Centro de Investigaciones Participativas en Políticas Económicas y Sociales, que realizó una investigación sobre el trimestre octubre-diciembre del año pasado y determinó que en Argentina existe el fenómeno denominado “infantilización de la pobreza”, que tiene severas repercusiones en el presente y el futuro del país.
Si las condiciones de vida de estos niños no mejoran en los próximos años, tendrán menos oportunidades de obtener una educación adecuada y por lo tanto verán afectado su desarrollo y el de sus futuras familias.
Esto significa que se irá repitiendo el círculo de la pobreza también en las próximas generaciones, a menos que el Estado haga algo inmediatamente para romper esta tendencia, pero hasta el momento no hay nada que indique una voluntad al respecto.
Entre las provincias más habitadas de Argentina, Córdoba presenta los peores indicadores, con un total de 55,6 por ciento de los menores de 17 años en situación de pobreza, lo cual puede ser causado por las precarias condiciones de trabajo a que está sometida la población en edad laboral.
Ocho de cada diez asalariados en el Gran Córdoba lo hacen mediante un sistema informal de contratación, lo que suele traer acompañado bajos salarios e impacta de manera directa en la calidad de vida de los hogares.
Pobreza, desempleo, encarecimiento de la vida, cosas que en 18 meses del gobierno de Macri han cambiado, sin dudas para empeorar.