Por María Josefina Arce.

Con fuerza ha irrumpido nuevamente en la escena política de Argentina la expresidenta Cristina Fernández, quien aspira a competir en las elecciones legislativas de octubre venidero por un asiento en el Senado.

Cristina Fernández volvió a movilizar a miles de argentinos, ante quienes dio a conocer al opositor frente Unidad Ciudadana, que con una plataforma de quince puntos apuesta por un futuro para todos, por un país donde, como afirma, sea posible tener proyectos y un plan de vida.

Según el cronograma electoral, la campaña para las Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias se iniciará oficialmente el 14 de julio hasta el 11 de agosto, dos días después se realizarán las elecciones para que cada alianza o partido determine los candidatos para los comicios del 22 de octubre.

En esa jornada se renovará la mitad de la Cámara de Diputados, 127 escaños, y un tercio del Senado, 24 miembros correspondientes a ocho provincias.

El juego acaba de empezar pero ya son muchos los que han centrado su esperanza en el retorno de la expresidenta, objeto en los últimos meses de un acoso judicial y mediático.

Para Cambiemos, el partido del actual mandatario Mauricio Macri, no deja de ser una amenaza, aunque ha intentado minimizar el carácter movilizador con que todavía cuenta Cristina Fernández, sobre todo en los sectores más humildes.

Esos mismos sectores que la política neoliberal puesta en marcha por Macri ha sumido en la miseria por los constantes despidos y el alza de las tarifas de los servicios básicos, pero que además han visto como han quedado en el pasado las transformaciones que se iniciaron en el país con la llegada en 2003 a la presidencia de Néstor Kirchner y que mantuvo y consolidó Cristina Fernández.

Son ellos los que confían en el regreso a la escena política de la ex jefa de estado, que no podemos olvidar participó desde 2005 en dos presidenciales, en las que se impuso rotundamente, incluso con mayor apoyo en los comicios de 2011.

Un eventual triunfo significaría, por sí solo, una severa derrota política del macrismo que se ha virado abiertamente a favor de las corporaciones e inversores foráneos.

De hecho el partido de Macri tiene también su atención concentrada en las urnas, ya que en el Congreso se encuentra en clara minoría.

Para los expertos el oficialismo podría mejorar su posición, pero está lejos de conseguir los 129 asientos necesarios para tener mayoría en la Cámara de Diputados.

Por demás, para muchos en el Senado podría sumar cinco senadores, en el mejor de los escenarios. Hoy son apenas quince, por lo que como mucho pueden aspirar a superar la veintena.

Todavía es muy pronto para arriesgar algún vaticinio, por lo pronto las cartas están sobre la mesa y habrá que esperar a ver que sucede en primer lugar en agosto venidero, para después enfocarnos en octubre, cuando se definirá el escenario político argentino con vistas a las elecciones generales de 2019.