Por Nicanor León Cotayo
La Associated France Press (AFP) hizo un interesante anticipo respecto al próximo encuentro entre el líder ruso y el multimillonario presidente de Estados Unidos.
Lo publicó este miércoles bajo el título “Trump en la cuerda floja diplomática en su primer encuentro con Putin”.
Uno de sus analistas, Jerome Cartillier, inició el texto que escribió para la ocasión recordando un estribillo que Trump desplegó durante su campaña electoral de 2016:
“Vamos a tener una estupenda relación con Putin y con Rusia”.
Ahora, comenta Cartillier, y en medio de las no probadas denuncias de que Moscú lo ayudó a llegar a la Casa Blanca, Trump se reunirá con Vladimir Putin.
El analista de AFP opina, con potencial peligro para el mandatario estadounidense.
Junto a ello suma datos más esclarecedores, como por ejemplo que sus conversaciones tendrán lugar el viernes al margen de la Cumbre del G-20 en Hamburgo, Alemania.
Incluirían temas como Siria y Ucrania, el programa nuclear de Corea del Norte y los esfuerzos para combatir el terrorismo.
Sin embargo, ¿dónde radica para Trump su principal desafío?
Interroga la AFP, y luego escribe, mejorar los lazos con Putin sin parecer suave con un hombre acusado de ejercer gran influencia en las elecciones de 2016 en Estados Unidos.
Como es sabido, tal versión ha sido martillada en numerosas ocasiones, pero con la dificultad de no haber aportado ni una sola evidencia concreta.
Un experto en asuntos rusos de la Brookings Institution, Mixhael O’Hanlon, considera lo siguiente:
“Trump debe ser cortés, pero también firme y no mostrarse demasiado amigable”.
Asimismo primero expresar la gravedad de sus preocupaciones por el reciente comportamiento ruso, puntualizó.
Si no actúa así, desde su punto de vista, Putin pensaría que es un pusilánime, y el Congreso de Washington rechazaría la política de Trump hacia Moscú.
El analista de la AFP Jerome Artillier recuerda que meses atrás se avizoraron mejores nexos entre ambas potencias, “congelados bajo el gobierno de Obama”.
Pero no resultó así, en particular luego que el apoyo de Rusia a Siria ha entorpecido las pretensiones hegemónicas de Washington en esa región estratégica.
Un ejemplo, Moscú canceló conversaciones diplomáticas bilaterales, fijadas para el mes pasado, como respuesta al endurecimiento de las sanciones que le ha impuesto Estados Unidos.
La excusa de estas ha sido la presencia rusa en Crimea y lo que denominan su injerencia en Ucrania.
Otro caso menciona la investigación del FBI sobre una supuesta alianza del equipo electoral de Trump y Moscú.
Todo, y más, como es de suponer ha complicado la situación sobre el tablero.
Al tiempo de maquillar la antesala en que, solo horas por medio, se verán las caras el dirigente ruso y el multimillonario presidente de Estados Unidos.
(Tomado de Cubasí)