Por María Josefina Arce.
El tabaco es uno de los productos que distinguen a Cuba. La calidad insuperable de la hoja, en particular la de Vueltabajo, como se le llama a la occidental provincia de Pinar del Río, le ha ganado fama internacional y es uno de los preferidos entre los consumidores a escala mundial.
La industria tabacalera cubana produce actualmente casi 300 millones de tabacos Premium, torcidos a mano, de ellos cerca de 100 millones son destinados a la exportación y el resto para el consumo nacional.
Además, produce unos 130 millones de tabacos hechos a máquina, casi el 90 % de ellos con destino a la exportación, e igualmente unos 15 000 millones de cigarrillos.
Generador de significativos ingresos para el país, se busca consolidar su presencia en el mercado internacional. De ahí que la empresa mixta cubano-española Habanos S.A y la Administración Estatal del Monopolio del Tabaco de China firmaron recientemente una carta de intención que abre las puertas a la cooperación comercial, técnica e industrial entre ambas firmas.
De acuerdo con las informaciones, Cuba vende a China anualmente unos 200.000 tabacos y comercializa ese producto en 11 provincias del país asiático, pero la demanda se estima en más de siete millones de unidades.
Este acuerdo permitirá una mayor presencia del tabaco cubano en China, una de las 150 naciones donde la empresa Habanos comercializa su producto, que en 2016 facturó unos 445 millones de dólares.
Dada la importancia de este rubro para la economía, las autoridades cubanas acometen un amplio plan de modernización de esta industria que comprende la construcción en la Zona Especial de Desarrollo Mariel, en la occidental provincia de Artemisa, de una nueva fábrica de cigarrillos con destino a la exportación.
Este proyecto, de más de 100 millones de dólares, debe estar operativo a finales del 2018 y producirá más de ocho mil millones de unidades al año.
El programa se extiende a la planta de cigarros de la oriental provincia de Holguín, en la que se aplican inversiones para ampliar y modernizar sus producciones y ajustarlas a la demanda y estándares internacionales.
Además se han adoptado oportunas medidas para que la sequía que afecta a gran parte del territorio nacional no afecte la siembra y cosecha del tabaco.
A pesar de las dificultades que entraña el bloqueo norteamericano contra Cuba, que dificulta la inserción en determinadas regiones, el habano cubano se consolida a nivel internacional tanto en nuevos mercados como en los tradicionales de España, Francia, Alemania y Reino Unido, al tiempo que al incrementarse el número de visitantes extranjeros al archipiélago también crece su demanda a nivel nacional.
Sin embargo, no se puede olvidar que la vigencia del bloqueo impide las exportaciones de habanos a Estados Unidos, uno de los principales importadores de tabaco en todo el mundo.