Una de las principales promesas de Donald Trump como candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos fue la construcción de un muro en la frontera con México, una constante además de sus primeros meses de mandato y que ahora ha retomado con especial fuerza.

La paranoia de Trump contra los inmigrantes lo ha llevado incluso a que en los últimos días amenazara con cerrar si era necesario el gobierno para asegurarse de que su propuesta sea aprobada y financiada por los legisladores.

El costo de la obra, de más de MIL kilómetros de extensión, porque en muchas áreas ya existen vallas, ha sido calculado por el gobierno en unos diez MIL millones de dólares, pero varias empresas y organizaciones fijaron los pronósticos en 70 mil millones.

A finales de julio la Cámara de Representantes aprobó un paquete de gastos que comprende mil 600 millones de dólares destinados a esa barrera física, pero sus perspectivas en el Senado no son las mejores, pues los demócratas se oponen a esa obra, también cuestionada por muchos republicanos de distritos ubicados a lo largo de la frontera.

Esa iniciativa, criticada igualmente por diversos sectores de la sociedad norteamericana, deberá avalarse antes del 30 de septiembre con vistas a evitar el cierre al que hizo alusión el presidente.

Sondeos de opinión revelan que el 56 por ciento de los votantes norteamericanos cree que no debe erigirse la pared fronteriza, al tiempo que también ha disminuido el apoyo de los correligionarios de su partido.

La edificación del muro no solo implicará una alta inversión de fondos, sino que aumentará el riesgo para los miles de inmigrantes que diariamente intentan ingresar a territorio norteamericano por la frontera con México, donde ya existen altas vallas que han llevado a la búsqueda de pasos más remotos y arriesgados.

De acuerdo con las informaciones desde la instalación de nuevos tramos de muro fronterizo, al menos 6.500 cuerpos han sido recuperados y otros 1.500 más fueron enterrados sin identificar en Estados Unidos, eso sin contar los cadáveres no hallados.

Expertos ambientalistas aseguran que el pretendido muro de Trump también pondría en peligro el entorno. Señalan que el río Bravo es la división natural de dos tercios de la frontera, y una valla podría interrumpir cuencas con el consabido impacto al terreno natural, a carreteras, a edificaciones y a sistemas de drenaje.

Lo cierto es que con Trump y sus errados comentarios xenófobos y sus pretensiones de levantar un muro de cuatro metros de altura, el tema de la inmigración ha vuelto a la palestra con fuerza y de un modo agresivo, diría que ofensivo para quienes, a pesar de no tener documentos, con su trabajo, en la mayoría de los casos mal pagados y con pésimas condiciones, tanto sustentan a la economía norteamericana.

Esta sin dudas es una vieja deuda de la sociedad norteamericana con quienes a lo largo de años han sido perseguidos y deportados, y que ahora se ven seriamente amenazados por un presidente que olvida que los inmigrantes han sido y son una fuerza esencialmente beneficiosa en la historia estadounidense.(Fuente/María Josefina Arce)