Por: Roberto Morejón
Muchas personas en el mundo solidarias con Cuba abogaron por una nueva condena al bloqueo de Estados Unidos contra la nación caribeña en la Asamblea General de la ONU, como ocurrió desde mil 992.
Con el auxilio de las redes sociales, los usuarios se sumaron a convocatorias de organizaciones para expresar respaldo a Cuba en su denuncia del cerco económico estadounidense.
En la red social Twitter, las personas utilizaron etiquetas como “No más bloqueo” y “Ni un paso atrás”.
Esos mensajes fueron elocuentes cuando Cuba presentó por vigésimo sexta ocasión en la Asamblea General su informe sobre la necesidad de poner fin al bloqueo.
En el texto se sustenta con datos y argumentos el grave daño causado por una política hostil que persiste, a pesar de votaciones anteriores contra ella.
Cuba explicó que el bloqueo le ocasionó daños por más de 822 mil millones de dólares en más de medio siglo y solo de abril de 2016 a junio de este año el monto fue de más de cuatro mil 300 millones de dólares.
Salud pública, educación, industria, finanzas, construcción y otros sectores de la economía y los servicios sufren los efectos del genocida intento de asfixiar a los cubanos.
Ante el razonamiento de las delegaciones cubanas en la ONU para solicitar la condena al bloqueo, el auditorio respondió siempre positivamente e incluso la votación del año 2016 marcó un récord histórico.
Estados Unidos siempre se opuso, pero el año anterior se abstuvo, al igual que Israel, en un acto considerado insólito.
Ahora, en medio de un retroceso en las relaciones entre Washington y La Habana ordenado por el presidente Donald Trump, un grupo de senadores demócratas solicitó en una carta al magnate neoyorquino que Estados Unidos volviera a abstenerse en la Asamblea General de la ONU.
Sin embargo, la administración Trump desatendió el llamado y dijo que votaría en contra de la propuesta de Cuba, según informó la embajadora Nikki Haley, en correspondencia con la alegada revisión de los vínculos con el vecino caribeño.
El propio Trump anunció en un acto en Miami en junio pasado la adopción de medidas adicionales contra la mayor de las Antillas, en un ejercicio estentóreo aplaudido frenéticamente por extremistas de la emigración de origen cubano.
A estas alturas se han registrado nuevas tensiones en los nexos bilaterales porque Trump politizó el asunto relacionado con supuestas agresiones sónicas que, según Washington, sufrieron algunos diplomáticos y familiares destacados en La Habana.
Una nueva condena al bloqueo estadounidense en el plenario de la ONU constituye una señal inequívoca de la comunidad mundial del rechazo a una política realzada por Trump, con efectos extraterritoriales y violatoria del Derecho Internacional. FIN
