Por María Josefina Arce.

La historia se repite. Estados Unidos que bajo el mandato del presidente Donald Trump volvió a apostar por una política agresiva contra Cuba, quedó nuevamente aislado en la Asamblea General de la ONU, donde este miércoles se aprobó por mayoría el proyecto de resolución cubano sobre la necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero contra el pueblo cubano, tras un debate que dejó mal parado al poderoso vecino del Norte.

Por vigésima sexta ocasión, la comunidad internacional expresó su rechazo a una medida que califica de inhumana y genocida, pues cercena derechos fundamentales como la salud, la educación y la alimentación.

Ciento 91 países exigieron el cese de esa unilateral medida, cuyos daños acumulados alcanzan la cifra de 822 MIL 280 millones de dólares, tomando en cuenta la depreciación del oro.

Las amenazas y presiones norteamericanas no valieron de nada y solo Israel, como es habitual, acompañó a Estados Unidos en su irracional y enfermiza posición de mantener un cerco que en más de medio siglo no ha podido rendir por hambre, penurias ni enfermedades a los cubanos.

Se esperaba que Washington no mantuviera su abstención del pasado año, decidida por el anterior presidente, Barack Obama, en un contexto de acercamiento bilateral y de sus pedidos al Congreso de que levantara el bloqueo, convertido en ley desde 1996.

Ya el actual primer mandatario estadounidense había anunciado en junio su intención no solo de continuar con la aplicación de las sanciones económicas, comerciales y financieras, sino de endurecerlas.

No obstante, fueron muchas las voces que nuevamente se alzaron para repudiar el bloqueo, que sin dudas, es una de las principales preocupaciones de la comunidad internacional.

De hecho larga fue la lista de oradores en la histórica jornada de este miércoles, que no solo fue una muestra del rechazo a la política hostil norteamericana, sino que también se convirtió en una tribuna de defensa del derecho de cada pueblo a su soberanía.

Lamentable fue la intervención de la representante norteamericana, cuyas palabras nos hicieron viajar al tiempo de la guerra fría. Los mismos viejos argumentos de siempre fueron esgrimidos, en un intento por justificar una política que constituye un acto criminal de una nación contra otra.

Prepotentes, hostiles y una total falta de respeto a la ONU y las naciones que la conforman fueron las palabras de la funcionaria de Estados Unidos ante el organismo internacional, que calificó de teatro político y pérdida de tiempo el debate, recordó que las resoluciones adoptadas no tienen carácter vinculante, pero que además arremetió contra el pueblo venezolano.

Por el contrario, enérgico fue el discurso del canciller Bruno Rodríguez, quien calificó de irrespetuosas y ofensivas para el pueblo y gobierno cubanos las palabras de la representante de Estados Unidos, país que, enfatizó, no tiene la más mínima autoridad moral para criticar a la Mayor de las Antillas.

Repetidas ovaciones recibió la intervención del canciller cubano, quien subrayó que una sola verdad dijo la embajadora norteamericana, cuando reconoció que Estados Unidos está aislado y solo en su bloqueo contra el pueblo cubano, al tiempo que reiteró que su país nunca admitirá condicionamientos, ni imposiciones de ningún tipo.

La amenazante e injerencista intervención de Estados Unidos no amedrantó a los presentes en el debate. Las distintas naciones y organizaciones regionales que hicieron uso de la palabra condenaron el bloqueo y destacaron el ejemplo que es Cuba a nivel mundial.

Valientes fueron las palabras de Bolivia que calificó de ofensivo el discurso de Estados Unidos, el cual, dijo, pretende dar lecciones de derechos humanos cuando promueve la tortura y cárceles y centros ilegales de detención.

El gobierno de Estados Unidos, afirmó, no es excepcional, pero si único porque no respeta el derecho internacional y actúa con total impunidad.

Con anterioridad El Salvador, en representación de la CELAC, Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, lamentó que aún sea una realidad el bloqueo y que el nuevo presidente norteamericano anunciara su propósito de mantener y reforzar esa medida.

Venezuela, en nombre del Movimiento de los Países NO Alineados, expresó su pleno rechazo a las medidas coercitivas unilaterales y reiteró su pedido de que se ponga fin al bloqueo que atenta contra el derecho de Cuba de interactuar con la comunidad internacional.

Emotiva fue esta intervención, pues Venezuela también como país expresó su apoyo irrestricto al pueblo cubano, al cual calificó como un ejemplo de solidaridad y humanismo a nivel mundial.

Sin dudas, una histórica jornada se vivió este miércoles en la ONU, donde no valieron las amenazas norteamericanas, pues el mundo, reclamó nuevamente el fin del bloqueo contra el pueblo cubano, y dejó una vez más al descubierto la doble moral de Washington.

Cuba mantuvo una posición digna y como bien expresara el canciller cubano es firme en su decisión de no renunciar nunca a construir una sociedad próspera y sostenible, y con el consenso de nuestro pueblo, sobre todo de los más jóvenes, defender nuestra independencia y guardar eterna lealtad al legado de José Martí y Fidel Castro.

Una vez más el gran perdedor es el poderoso vecino del Norte que se empeña en su irracional y obsoleta política. Estados Unidos está solo contra Cuba. Sobran los hechos que reafirman esta verdad: la votación de cada año en la ONU, la creciente participación de empresarios de todo el mundo en la Feria de La Habana y la entrada en vigor precisamente, este miércoles del Acuerdo de Cooperación entre la Unión Europea y Cuba, que puso fin a la denominada Posición Común.