Por Arnaldo Musa
Es posible que cuando salgan estas líneas, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, haya arribado a Corea del Sur, como parte de su gira asiática, comenzada en Japón y que deberá culminar en China.
Quizás se piense que Sudcorea sea en el papel el lugar menos inquietante para el mandatario norteamericano, pero no lo considero así, porque el presidente Moon Jae-in ha salido contestatario a su colega estadounidense, quien ha tenido que apelar a presiones militares propias y del Estado Mayor de Seúl para evitar que el líder surcoreano lleve a cabo su añejo deseo de conversar con las autoridades de la República Popular Democrática de Corea (RPDC), confiado, así ha dicho, en que es la única manera de que la península no sea destruida por una hecatombe nuclear.
Moon ha sido claro y sincero con Trump, pero a este no le vale las razones consecuentes de un mandatario que sí fue electo por una amplia mayoría popular, en elecciones anticipadas por la destitución de la anterior presidenta, debido a comprobados casos de corrupción y abuso de poder.
Trump no solo no hizo el mínimo caso a Moon, cuando este visitó Washington y expresó que era partidario del diálogo con Pyongyang, sino que en una conversación telefónica con el primer ministro japonés, Shinzo Abe, hizo comentarios despectivos sobre su homólogo surcoreano por su postura ante la RPDC.
"Trump menospreció al presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in, llamándolo ‘mendigo’ por insistir en sus llamados al diálogo con Corea del Norte", reveló el periódico Hankyoreh, que se edita en Tokio.
Citando a la cadena televisiva japonesa Fuji TV, detalló que el mandatario estadounidense dio ese calificativo a su homólogo surcoreano durante una conversación telefónica con el primer ministro de Japón, Shinzo Abe, horas después de que Corea del Norte lanzara un misil que pasó por el espacio aéreo nipón.
Moon "actúa como mendigo" dijo Trump a Abe para expresar su descontento con Seúl por su postura ante las pruebas de armas nucleares de Pyongyang, indicó el diario nipón, además de resaltar que el jefe de Estado norteamericano pidió a su interlocutor "no decirle a nadie" sobre la necesidad de ejercer una presión militar sobre Corea del Norte.
Pero tal presión, como es presumible cuando se trata de Corea Democrática, hizo que esta subrayara que defenderá su desarrollo nuclear “ante las hostilidades de EE.UU. y sus ‘títeres.
Trump ha expresado que está “100% con Shinzo”, y destacó que Tokio debe ayudar a Washington en caso de ser “atacado por Pyongyang”, e indirectamente confirmó que Washington está presionando a Seúl, con el fin de tomar medidas bélicas contra su vecino norteño; mientras muchos países creen que continuar las presiones contra el Norte de Corea conduciría a una catástrofe militar.
Poco antes de que el mandatario norteamericano iniciara su gira asiática, Moon ha afirmado que una guerra en la península coreana es algo que no sucederá "nunca más", y asegurado que Estados Unidos no emprenderá ninguna acción militar contra el Norte sin el consentimiento del Sur. Además, cree que las declaraciones de Trump pretendían aumentar la presión sobre Pyongyang, y no señalar un inminente ataque.
Por supuesto, las autoridades norcoreanas no se confían en estas declaraciones, debido a la controvertida personalidad de Trump, y reiteraron que sus pruebas se fundan en su derecho a la autodefensa ante las frecuentes maniobras militares conjuntas Washington-Seúl en la península.
NO SOLO PRESIÓN BÉLICA, TAMBIÉN COMERCIAL
Las tensiones con Pyongyang prometen protagonizar el primer encuentro entre Trump y Moon en Seúl, donde miles de personas manifestaron contra la presencia del magnate norteamericano y exigían una política de paz hacia el Norte, sino también por la insistencia del mandatario estadounidense en renegociar el acuerdo comercial con Corea del Sur, debido en parte a su preocupación por supuestos desequilibrios en el intercambio de acero y automóviles.
"Estamos renegociando un acuerdo comercial ahora mismo con Corea del Sur, y confiamos en que sea igualitario. Será un acuerdo justo para ambas partes. Ha sido un acuerdo duro para Estados Unidos", dijo Trump.
El mandatario estadounidense, que durante su campaña electoral criticó duramente el acuerdo comercial firmado por su predecesor, Barack Obama, hizo referencia por primera vez a su renegociación, en el que aseguró que buscará un "nuevo" pacto.
La declaración de Trump sorprendió a miembros del gobierno surcoreano y a líderes empresariales en Seúl, que no esperaban que la posibilidad de renegociación estuviera sobre la mesa en el encuentro, informó hoy el diario The Wall Street Journal.
Meses antes, en Washington, Moon se había limitado a hablar de los lazos económicos bilaterales: "Promoveremos el crecimiento económico y la creación de empleo para asegurar que nuestros pueblos disfrutan de mayores beneficios mediante los esfuerzos colectivos que nos hemos comprometido a hacer".
De pie a su lado, Trump acababa de criticar duramente el acuerdo bilateral, conocido popularmente como Korus, al denunciar que desde su entrada en vigor hasta el 2016, el déficit comercial estadounidense con Corea del Sur había "aumentado en más de 11.000 millones de dólares", hasta rozar los 28 000 millones.
El secretario de Comercio de EE.UU., Wilbur Ross, había expresdo con anterioridad que la principal razón del desequilibrio comercial es "el comercio de automóviles", que se hace en buena parte "en base a los estándares surcoreanos"; y añadió que hay otro "problema" con el comercio de "productos de acero" desde Corea del Sur a EE.UU., porque "buena parte de ellos provienen de China y se venden por debajo de su precio de mercado".
(Tomado de Cubasí)