Por María Josefina Arce.
Tranquilidad y transparencia caracterizaron los comicios municipales que tuvieron lugar este domingo en Nicaragua, donde la ciudadanía volvió a confirmar su respaldo al gubernamental Frente Sandinista de Liberación Nacional.
Las encuestas ya lo habían anunciado. El Frente ganó las cabeceras departamentales y la mayoría de las localidades del territorio nicaragüense, reafirmándose como la primera fuerza política de la nación centroamericana.
Ya en las elecciones municipales de 2012 había arrollado a sus opositores, cuando obtuvo 134 de las 153 posibles alcaldías, incluidas las 15 cabeceras departamentales, entre ellas Managua, y las dos principales ciudades de las regiones autónomas.
El pasado año también se impuso con amplia ventaja en los comicios presidenciales, en los que Daniel Ortega fue reelecto para un tercer mandato consecutivo.
Con más del 72 por ciento de los votos, se impuso Ortega en los comicios de 2016, en los que además el Frente alcanzó 70 de los 90 escaños en la Asamblea Nacional.
Ahora volvió a repetir esos triunfos y podrá continuar trabajando por el bienestar de los ciudadanos como ha hecho desde que retornara al poder en 2007 y que le permitiera llegar a esta nueva jornada electoral con la aprobación más alta de América Latina.
Según el más reciente estudio de Latinobarómetro, el desempeño del ejecutivo nicaragüense alcanza un respaldo del 67 por ciento, para ubicarse así en el primer lugar a nivel regional.
Asimismo la nación centroamericana se halla entre los primeros seis países con la mejor Escala de Desarrollo Democrático, con un promedio de 5,7 puntos, de acuerdo con el estudio.
Alcaldes, vicealcaldes, concejales y sus suplentes, que formarán los gobiernos locales en los 153 municipios del país, incluido los ubicados en las regiones autónomas de la costa del Caribe, fueron designados este domingo en unos comicios que contó con la participación de más de 50 por ciento del electorado.
Observadores internacionales avalaron el proceso, el cual afirmaron se desarrollo en paz y de manera ágil. Más de 200 mesas de votación en todo el país fueron supervisadas para garantizar la transparencia y la absoluta normalidad.
Para los expertos la nota predominante en estas elecciones fue la realización pacífica de la misma, con un funcionamiento sin inconveniente de los integrantes de las Juntas Receptoras de Votos en cada uno de los Centros de Votación.
Una vez más el pueblo nicaragüense volvió a apostar por la paz, la tranquilidad y el desarrollo económico del país que en los últimos años es de casi cinco por ciento, lo que se ha traducido en una disminución de la pobreza, el analfabetismo y la insalubridad, y por tanto, en una notable mejoría de las condiciones de vida de cada uno de los habitantes de ese país centroamericano.