Por: Guillermo Alvarado
A pesar de los esfuerzos desplegados por expertos argentinos y de otras naciones, son ya escasas las esperanzas de encontrar el submarino San Juan, que está desaparecido desde el 15 de noviembre en las aguas del Atlántico sur con una tripulación de 44 personas a bordo.
De acuerdo con los expertos, desde la víspera la nave entró en la fase crítica por la falta de oxígeno, a menos que hubiese logrado cargar en los últimos días, lo cual parece improbable.
El San Juan, de 65 metros de largo y siete de diámetro es uno de los tres submarinos de la Armada de la República Argentina, junto al Santa Cruz y el Salta, y fue construido en Alemania en 1983. Entre 2007 y 2014 se le hicieron reparaciones para prolongar su vida útil.
En su última misión de vigilancia partió de Mar del Plata con rumbo a Ushuaia, a unos dos mil 500 kilómetros al sur, donde permaneció varios días antes de comenzar su retorno que debía completarse el 20 de noviembre.
De acuerdo con los informes oficiales, el día 15 por la mañana hubo un reporte sobre una avería eléctrica y a partir de allí se perdió contacto por completo. Algunas señales acústicas y ruidos percibidos al inicio de esta semana, que podrían ser del San Juan, hicieron renacer las esperanzas de localizarlo, pero finalmente se descartó que estas tuviesen su origen en la nave.
De acuerdo con los protocolos, en caso de una pérdida de contacto el submarino debería emerger a la superficie del mar y poner en funcionamiento una señal de radio para el salvamento, pero hasta donde se conoce ninguno de los dos procedimientos se ha realizado.
El capitán de navío francés Bertrand Dumoulin dijo al diario Le Figaro que por su propia naturaleza en un submarino no existe el riesgo cero, a pesar de todas las medidas de seguridad que puedan tomarse. Agregó que a diferencia de un avión cuyo curso puede seguirse en todo momento, con este otro tipo de naves cuando están sumergidas no hay posibilidades de hacerlo y deben subir a la superficie a cada tres días para tomar contacto con su base.
Importantes medios se desplegaron en la zona donde presumiblemente se encuentra el San Juan, como aviones y barcos que utilizan tecnología moderna para tratar de localizarlo, si bien las malas condiciones meteorológicas dificultan las tareas.
Los familiares de la tripulación se han concentrado en la ciudad de Mar del Plata, a donde debía llegar el buque, y ya hay marcadas muestras de desesperación por la falta de resultados en la búsqueda y de que ocurra un drama como el de agosto del año dos mil con el submarino nuclear ruso Koursk. Rusia, por cierto, se sumó a las ofertas de colaboración con el gobierno argentino para encontrar al buque.
Las próximas horas van a ser cruciales para localizar el San Juan y salvar a su tripulación, mientras todas las miradas estarán concentradas en la región austral con la esperanza, cada vez más menguante, de que ocurra un final feliz en esta historia.