Por María Josefina Arce
La CELAC, Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, llegó por estos días al sexto aniversario de su fundación, en diciembre de 2011 en Caracas, Venezuela, inmersa en la lucha contra el hambre y la pobreza, una de sus máximas prioridades como se evidenció en su Primera Cumbre efectuada en 2013 en Chile.
Un año después en La Habana, Cuba, las 33 naciones miembros del mecanismo de integración regional pedirían a organismos como la CEPAL, Comisión Económica de la ONU para América Latina y El Caribe, y la FAO, Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, un proyecto para combatir ese flagelo en el área.
Es así que el Plan de Seguridad Alimentaria, Nutrición y Erradicación del Hambre de la CELAC 2025 fue adoptado formalmente en la Cumbre de 2015 en Costa Rica y busca garantizar el acceso, disponibilidad, utilización y estabilidad de los alimentos.
Se establecería entonces una efectiva colaboración de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños con la FAO, que ha apoyado el trabajo de las distintas presidencias pro tempore del bloque en la consecución de ese objetivo.
Para la FAO esta iniciativa no tiene precedentes en términos de su ambición y del impacto potencial que puede tener en el desarrollo de América Latina y el Caribe.
De acuerdo con la agencia de la ONU, países como Bolivia, Nicaragua, Venezuela y El Salvador, que ostenta actualmente la presidencia de la CELAC, ya han alineado sus políticas nacionales de lucha contra el hambre y la malnutrición con las orientaciones del plan.
Precisamente El Salvador y la FAO trabajaron codo a codo, junto a los demás miembros del Grupo Adelanto de las Mujeres, para crear la estrategia de género del Plan, la cual fue aprobada en el 2016 y hoy se está ejecutando a través de iniciativas piloto en Bolivia, Paraguay, El Salvador y próximamente en Haití.
El Salvador, al frente de la CELAC, ha demostrado gran sabiduría al reconocer que no se podrá erradicar el hambre ni la pobreza rural mientras la mitad de nuestra población, millones y millones de mujeres, no puedan aportar todo su potencial a esta lucha, opinan directivos de la FAO.
Además de participar de la formulación, implementación y monitoreo del Plan CELAC, la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura tiene prioridades regionales determinadas por los países de la región que refuerzan el programa como incentivar la agricultura familiar y el desarrollo rural.
La FAO ha destacado que la región fue la primera del mundo en proponer la meta de erradicar el hambre antes del año 2025, a través de la Iniciativa América Latina y el Caribe Sin Hambre, una meta que ha sido plenamente asumida por la CELAC en su nuevo plan de seguridad alimentaria.
Esta iniciativa es resultado de una voluntad política común en la región, que ha permitido coordinar esfuerzos e impulsar la efectiva implementación de acciones.
Un reto que se han propuesto las 33 naciones de la región que conforman la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños y que ha recibido el total apoyo de la FAO, comprometida con hacer realidad ese anhelo.
