Por: Roberto Morejón
Los venezolanos fueron convocados a los comicios vigésimo terceros en 18 años de democracia, todos ellos evidencias de la falacia dicha por las transnacionales de la información al hablar de una supuesta dictadura en el país sudamericano.
Más de 19 millones de venezolanos deben participar en las elecciones municipales del próximo domingo para escoger 335 alcaldes y el gobernador del estado de Zulia, ante la negativa del anteriormente seleccionado a juramentarse ante la Asamblea Nacional Constituyente.
Los candidatos a los cargos públicos cerraron sus campañas en concentraciones populares en las que reafirmaron sus propuestas para atender situaciones clave de las demarcaciones.
Si bien participan en la carrera por las alcaldías algunos partidos opositores, NO fue así en el caso de la denominada Mesa de la Unidad Democrática, entidad heterogénea donde se afilian algunos de los adversarios más recalcitrantes de la Revolución Bolivariana.
De esa forma abreviaron el camino de los aspirantes por el Partido Socialista Unido de Venezuela, enfrascados en una entusiasta labor para explicar su agenda popular y captar sufragios.
La oposición controla hoy 76 alcaldías en Venezuela y en 13 de ellas sus jefes NO continuaron por presentar irregularidades, y en consecuencia debe obtener un número menor en los comicios del domingo.
NO obstante sería un error pensar que el Partido Socialista Unido de Venezuela como fuerza clave del Gran Polo Patriótico tiene todo asegurado, porque el país es blanco de una gigantesca campaña psicológica para restar apoyo a la Revolución Bolivariana.
La guerra económica sustentada por Estados Unidos, defendida por la beligerante oposición y secundada por muchos empresarios privados, es un factor de peso que signa los comicios.
La alta inflación y las dificultades en el abastecimiento de algunos bienes son esgrimidas por los opositores para sembrar el desconcierto en el electorado.
Pero el chavismo obtuvo victorias contundentes en julio y octubre en las elecciones para la Asamblea Nacional Constituyente y gobernadores, respectivamente.
El funcionamiento de esa Asamblea y la vigencia de las misiones sociales motivan a millones de venezolanos, atentos igualmente a los esfuerzos del presidente Nicolás Maduro por reactivar la economía y frenar la corrupción.
La lucha en ese último frente, la protección de la capacidad financiera del país y la búsqueda de la paz en el diálogo con la oposición, deben servir a los electores como señales de que la Revolución Bolivariana resiste los intentos por cercarla desde el exterior.
Los venezolanos han conocido las promesas de sus candidatos a alcaldes y deben determinar quiénes establecieron genuinos compromisos con la causa del pueblo.