Por: Roberto Morejón
Como ocurre con las decisiones del gobierno venezolano, las transnacionales de la información que imponen opiniones se lanzaron a cuestionar la creación de la criptomoneda Petro.
Se trata de una moneda virtual, cuya primera expresión en el mundo fue el bitcoin, operado desde 2009 y luego se sumaron otras con diferentes características.
El estadounidense Cameron Winklevoss afirmó que acrecentó su fortuna gracias a grandes inversiones en bitcoines y en su opinión esa criptomoneda aumentará su valor hasta 20 veces para llegar a constituir la actualización del oro.
Opiniones tan optimistas son rechazadas por las agencias calificadoras de riesgos basadas en el funcionamiento del gran capital y opuestas a la posible desfiguración del actual e injusto orden económico internacional.
NO obstante, el bitcoin tuvo un auge a finales de 2017, llegó a cotizarse a cuatro mil dólares y por esa razón muchos recordaron que Rusia, Estonia y Dubái anunciaron, antes que Venezuela, su intención de poner en vigor monedas digitales.
Finalmente, el gobierno bolivariano informó su novedad en diciembre con gran impacto internacional, pero la prensa NO dijo que Caracas está obligada a eludir las injustas sanciones de Estados Unidos y la guerra económica.
A causa de esos ataques, Venezuela tiene problemas para acceder a créditos, refinanciar su deuda externa y adquirir productos y garantizar servicios esenciales.
La República bolivariana vive bajo asedio por aplicar un proyecto de justicia social respaldado en la mayoría de las elecciones convocadas, tres de ellas en 2017.
El presidente venezolano, Nicolás Maduro, busca una alternativa financiera mediante una moneda virtual como el Petro, que permita la emisión de bonos mientras reestructura los compromisos financieros externos.
De acuerdo con expertos encargados de perfilar el Petro, con el nuevo signo monetario Venezuela tratará de desmarcarse de los controles de los grandes grupos económicos y combatir en lo interno el dólar especulativo.
Arguyen los venezolanos que a diferencia de otras criptomonedas la esbozada por ellos estará respaldada por grandes reservas de recursos naturales como petróleo, gas, diamantes y oro.
De manera que Venezuela hace una apuesta arriesgada, pero comprensible en sus intentos por paliar el bloqueo financiero, nada virtual sino físico.
Está por ver si otros actores internacionales le otorgan valor al Petro como moneda de cambio y para acordar inversiones en circunstancias desfavorables para Venezuela.
Sin embargo, debe entenderse que el gobierno venezolano pretende avanzar en materia de soberanía monetaria y ese es un objetivo intolerable para los grandes centros de poder, con Estados Unidos a la cabeza.