Por Nicanor León Cotayo

El periodista y empresario Ramón A. Mestre escribió este domingo, en Miami, sobre los miedos inculcados a millones en la sociedad estadounidense.

Comienza escribiendo que Estados Unidos es uno de los países más atemorizados del mundo. Sus ciudadanos se transforman en clientes azorados de establecimientos públicos y privados a quienes les proporcionan diferentes temores patológicos.

Según Mestre, lo anterior no obedece a peligros reales.

Sobre esto último podrían escribirse diversos ejemplos a lo largo de la historia de ese país.

Baste citar antes, el caso del peligro comunista, y más recientemente, la llamada influencia ruso-china en América Latina.

En su artículo el periodista puntualiza que en “La Cultura del Miedo” del sociólogo Barry Glassner, los estadounidenses suelen temerle a cosas inocuas al tiempo que ignoran muchos peligros reales”.

Además refirió que Glassner le achaca la cobardía de sus compatriotas a la propaganda gubernamental y privada y a las predilecciones del Internet y los medios de comunicación.

Varias encuestas citadas por el sociólogo, indican que en Estados Unidos una mayoría de los adultos han expresado temores infundados hacia cultos satánicos, ciertos alimentos, viajes por avión, enfermedades supuestamente causadas por  vacunas y otras epidemias imaginarias.

De acuerdo a las cifras de ventas de las empresas farmacéuticas y de medicinas alternativas, los estadounidenses son propensos a las hipocondrías más variadas.

Ramón A. Mestre asegura que el presidente Donald Trump ha sido un hábil manipulador del miedo como el desarrollado contra los inmigrantes a quienes ha tratado de crear la imagen de ser vulgares cuatreros.  

La propuesta de Trump de construir un muro contra ellos en la frontera mexicana es otro remedio imaginario para los infundados ataques de pánico xenofóbico que han venido estremeciendo a muchos de ellos.

Vivir con miedo, otro de los ingredientes abrazado al tan difundido y azucarado modo de vida estadounidense.

Un fenómeno muy bien conocido sobre la piel por miles de familias de quienes hoy, el periodista y empresario Ramón A. Mestre, se transforma en vocero.

(Tomado de Cubasí)