Por Roberto Morejón
Estados Unidos ahondará su política militarista y de abandono de las necesidades de capas sociales vulnerables, a juzgar por el proyecto de presupuesto para el año fiscal 2019 a iniciarse en octubre, presentado por el presidente Donald Trump recientemente.
El Primer Mandatario solicitó una partida considerable destinada a sustentar el humillante muro en la frontera con México y para garantizar su aprobación intenta chantajear a la oposición demócrata.
Trump ofreció otorgar una vía a la ciudadanía a 1,8 millones de jóvenes indocumentados, como solicitan los demócratas, si ellos aprueban sus demandas para la valla con México.
El plan del inquilino de la Casa Blanca resalta por aumentar los gastos de defensa, renovar el arsenal nuclear para superar a los que considera sus adversarios e incrementar contribuciones a la belicista OTAN.
De acuerdo con la pretensión, el Departamento de Defensa contaría con un presupuesto de 716 mil millones de dólares y alcanzaría el límite aprobado por el Congreso de hasta 10 por ciento de aumento con respecto a las erogaciones actuales.
Mientras Trump propone subir como la espuma los soportes financieros para las balas y los cañones, preconiza ahorrar en ramas de impacto social.
La cobertura solicitada aún pendiente de aprobación eliminaría el programa de seguro de salud del expresidente Barack Obama, con huellas indelebles en los ancianos, y reduciría en más de 200 mil millones de dólares el socorro a los pobres.
Según el magnate, Estados Unidos puede prescindir de programas relacionados con la atenuación de los efectos del cambio climático, al punto de tratar de reducir en 34 por ciento el presupuesto de la Agencia de Protección medioambiental.
Trump también incluyó al Departamento de Estado en sus recortes selectivos, en el orden de 32 por ciento, lo que se traducirá en menos ayuda a Colombia para atender las zonas castigadas por el conflicto armado interno.
Sin embargo, el Departamento de Estado conservará el respaldo financiero para operaciones subversivas.
En efecto, la administración estadounidense solicitó 19 millones de dólares al Congreso con destino a Cuba y Venezuela con el argumento de supervisar los derechos humanos, o sea, intervenir para el cambio de régimen.
De manera que junto a las colosales erogaciones propuestas para la defensa, el caudillo de los negocios aspira a continuar el financiamiento de aventuras militares y la desestabilización en el exterior.
Y lo hará a costa de un presupuesto marcadamente deficitario, pues insiste en NO saldar las cuentas del Estado, ni siquiera dentro de una década.
Está por ver si Trump logra engañar a sus compatriotas y disimular su irresponsable visión del mundo.