Por: Roberto Morejón

En su obligada batalla contra la sequía, los cubanos avanzan en medio de limitaciones financieras del país en un gigantesco proyecto hidráulico, para trasladar agua desde zonas con frecuentes lluvias a otras abrumadas por la aridez.

El trasvase este-oeste en zonas del oriente se considera la obra hidráulica más importante del presente siglo, porque el agua se trasiega mediante una compleja red de túneles, canales y puentes especiales.

Es oportuno destacar la relevancia para este empeño del embalse Mayarí construido en Cuba gracias a la feliz idea surgida décadas atrás de tratar de represar la mayor cantidad posible de agua.

El reservorio citado es el segundo de mayores dimensiones, el más alto y el único en el archipiélago caribeño levantado con pantallas impermeables de hormigón.

Después de vencidas las dos primeras etapas de un total de seis, el trasvase este-oeste progresa a pesar de los cuantiosos recursos humanos y materiales requeridos.

Los primeros beneficios se reportaron en el suministro del preciado líquido a ciudades claves como Holguín, de más de un millón de habitantes, antes agobiada por la resequedad de sus fuentes de abasto, ante las pocas precipitaciones fluviales.

El gigantesco proyecto hidráulico en el este de Cuba también favorece la agricultura local, con pocos resultados hasta ahora en el aporte de alimentos, por la deficitaria irrigación de agua.

La producción de arroz en el municipio de Mayarí, en la oriental provincia de Holguín, ya NO es una quimera, y deberá extenderse a tres mil hectáreas, para ayudar a la sustitución de importaciones de ese alimento.

Así será gracias a que el nororiente cubano ya dispone de 317 millones de metros cúbicos de agua, suficientes para regar casi 13 mil hectáreas de cultivos variados, incluyendo caña de azúcar.

La titánica tarea hidráulica aún lejos de su conclusión por sus ambiciosas metas, impactó en la vida socioeconómica de cinco municipios  de Holguín.

Allí se crean las condiciones para adiestrar jóvenes en las técnicas agrarias, necesitadas de extenderse por la llegada del agua y de paso se garantizará la creación de empleos.

La deprimida ganadería en Cuba, aquejada por la falta de piensos, también debe alentarse con el acarreo de agua desde el este hacia el oeste, al decidirse la recuperación de algunos emporios.

Como se previó, el trasvase es una de las principales ejecuciones en Cuba para potenciar la producción de alimentos, sustituir importaciones y fomentar el cultivo del arroz, plato esencial en la mesa hogareña.

A su vez, reafirma la calificación de ingenieros, técnicos y obreros cubanos en la esfera hidráulica y en general en la construcción de obras de grandes dimensiones.