Por María Josefina Arce
Con su discurso nacionalista y xénofo el presidente norteamericano, Donald Trump, ha revitalizado a los grupos neonazis existentes en territorio estadounidense. Desde su llegada a la Casa Blanca en enero del pasado año, el número de estas organizaciones creció un 22 por ciento.
Para los analistas las ofensivas declaraciones de Trump en contra de los mexicanos, los musulmanes y las mujeres, entre otros segmentos poblacionales, han incentivado a estas personas, que ahora no tienen miedo de salir a la calle.
Recordemos que en agosto pasado una mujer murió durante una manifestación en Charlottesville, Virginia, al ser embestida una manifestación antirracista por un coche conducido por un supremacista blanco.
De acuerdo con un estudio, en la actualidad hay 122 grupos de odio más, que se ubican en mayor número en California, seguida de Florida y Texas.
Al ya conocido Ku Klux Klan se han sumado otros que promueven una ideología de violencia en contra de inmigrantes, musulmanes y mujeres o que defienden a través de INTERNET el lenguaje intolerante de Trump.
En concreto, dos grupos de supremacía masculina emergieron en el panorama estadounidense en los últimos meses: Voice for Men, que aboga por legalizar la violación si se produce en propiedad privada; y Return of Kings, que reclama que el mes de octubre sea llamado "El mes de los intentos de violación de mujeres".
A ellos se suma el llamado Derecha Alternativa, que dice admirar al actual inquilino de la Casa Blanca y es un movimiento de reciente auge, del que se desconoce el numero de sus miembros por operar a través de INTERNET.
Pero si preocupante es el resurgimiento de estos grupos de odio en territorio estadounidense por la retórica nacionalista y racista de Trump, también lo es el hecho de que sus ofensivas palabras encuentran eco en organizaciones de este corte existentes en Europa.
Así se evidenció en la Conferencia de Acción Política Conservadora, efectuada en días recientes en Estados Unidos, a la que acudieron representantes de la ultraderecha de otros países para ensalzar y apoyar el discurso del primer mandatario estadounidense.
Conocidas caras de la extrema derecha como el ex líder del Partido por la Independencia de Reino Unido, Nigel Farage, y la ex diputada por el Frente Nacional francés Marion Marchal Le Pen, estuvieron presentes en la cita de los conservadores norteamericanos.
Sus intervenciones fueron un rotundo apoyo a Trump y una muestra del peligro que representa para el mundo el fortalecimiento de estas tendencias, claramente sustentadas en la violencia y la intolerancia.
Aunque un vocero de la Casa Blanca dijo que era “insultante” que se responsabilizara a Trump por el aumento de grupos de odio, lo cierto es que sus palabras ofensivas contra los inmigrantes, a quienes recientemente llamó serpientes, los musulmanes y mujeres han llevado a un fortalecimiento de esos grupúsculos, que se sienten apoyados por un presidente que sin el menor respeto a la historia y cultura de otras naciones las agrede verbalmente.