Por Nicanor León Cotayo
Como si fuera uno de los amos de Estados Unidos, la Asociación Nacional del Rifle ha respondido de manera prepotente y desafiante a las múltiples críticas que han circulado sobre la desbordada tenencia y uso de armas de fuego que existe allí.
Así lo comentó este miércoles el periodista de El Nuevo Herald, Daniel Morcate, cuando dijo que ahora la Asociación acusa de “mentirosos” a periodistas por divulgar masacres ocurridas en centros docentes ejecutadas con armas fabricadas y vendidas por esa corporación.
También se atreven a amenazar públicamente a quienes rechazan la actual violencia advirtiéndoles que “les está llegando su hora”.
El periodista Morcate dijo que el fanatismo y la avaricia han convertido su liderazgo en un consorcio criminal que solo es legal debido a la imperante cultura de la violencia armamentista sembrada, desde el siglo XIX, que corroe al país.
Y añadió que el FBI investiga si esta institución supuestamente invirtió dinero procedente de Rusia con destino a la campaña electoral del presidente Trump.
La Asociación niega haber usado fondos extranjeros en la campaña de 2016.
El columnista de El Herald señala que en la actualidad a sus jerarcas les invade la ira debido a la escasa probabilidad de continuar sus experimentos en la Florida, conocida también como el estado donde brillan las armas.
Sin embargo, escribió, que a sus dirigentes les preocupa la promulgación de una ley que pudiera revertir el culto de las armas y servir de guía para otros estados.
Asimismo los sobrevivientes de la secundaria de Parkland y los familiares de las víctimas califican la nueva ley de floja.
Alegan que Donald Trump esperó se calmara la indignación por la masacre y, luego de su alarde público, para proponer un plan de “seguridad escolar” que refleja su dependencia de la Asociación Nacional del Rifle, la cual le donó 30 millones de dólares a su más reciente campaña electoral.
Varios territorios, como por ejemplo la Florida, desafían las campañas sucias y demandas judiciales de la citada institución.
Morcate recomienda que las autoridades estatales no deberían dejarse amedrentar, y sí responder con inteligencia los golpes bajos de esa “agrupación forajida”.
Es lo menos que pueden hacer para honrar la memoria de las víctimas cuyo derecho a la vida supeditaron, durante demasiado tiempo, al derecho a portar armas, finalizó.
He aquí el tipo de democracia que sustenta Washington para imponer el llamado cambio de régimen en Cuba, Venezuela y otras naciones progresistas en distintos lugares del mundo.
¿Lo nuevo?. Al parecer comienza a disiparse gradualmente el sopor que durante años adormeció la conciencia de millones en Estados Unidos.
(Tomado de Cubasí)