Por: Roberto Morejón
La Unión de Jóvenes Comunistas celebra su aniversario 56 en medio de esfuerzos para apoyar las principales misiones económicas y sociales en Cuba y aumentar el protagonismo de las bisoñas generaciones en las transformaciones en marcha.
Heredera de las ideas del líder histórico Fidel Castro y el luchador antimperialista Julio Antonio Mella, la referida organización cuenta con más de 300 mil 700 militantes y se propone concretar su presencia en escuelas y empresas donde hoy está ausente.
Con el propósito de trabajar con todo el universo juvenil, la colectividad promueve entre ellos un mayor compromiso y uso inteligente de las redes sociales y las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones.
Esa finalidad es oportuna porque los adolescentes y jóvenes cubanos reciben, como los de todo el planeta, la influencia positiva y negativa llegada a través de los múltiples canales de información de la era globalizada.
Incluso, la administración estadounidense pretende inculcar en las generaciones más noveles de Cuba ideas subversivas para un cambio de régimen en el país, encubiertas en mensajes aparentemente inocuos.
Si bien los jóvenes cubanos tienen una mayoritaria incorporación a tareas productivas y sociales clave como la zafra azucarera, la modernización del ferrocarril y el turismo, también están expuestos a tendencias nocivas en boga en el mundo, como el afán consumista.
NO es ociosa entonces la incorporación protagónica de la Unión de Jóvenes Comunistas y de la Organización de Pioneros José Martí que cumple 57 años de creada, al loable empeño de la sociedad de afianzar valores básicos.
Destacan entre ellos la honestidad, decencia, respeto a los adultos mayores, solidaridad y desprendimiento. En ese camino resalta la idea de transformar las organizaciones estudiantiles en las escuelas a la par del Tercer Perfeccionamiento Educacional hoy en marcha, regido por el Ministerio del ramo.
Dinamizar la vida escolar con propuestas para un sano e instructivo goce espiritual y recreativo a través de iniciativas culturales y deportivas, constituyen sugerencias dignas de apoyar por todos los cubanos.
Con su originalidad, propensión a ser creativos, audaces y autónomos, los jóvenes pueden imprimir bríos a la misión nacional de actualizar el modelo económico y perfeccionar el sistema del Poder Popular, entre otros desafíos.
De manera que la Unión de Jóvenes Comunistas arriba a su aniversario 56 con justificado júbilo y clara percepción sobre cómo robustecer la participación de las nuevas descendencias en el proyecto social iniciado en 1959.