Por: Guillermo Alvarado
Entre las muchas brutalidades que el Estado sionista de Israel comete contra la población palestina, además del robo sistemático de sus tierras y la destrucción de sus propiedades, figura la detención en cárceles sin las mínimas condiciones humanas durante prolongados períodos de tiempo, por los motivos más insólitos y arbitrarios.
Con motivo de conmemorarse recientemente el Día de los Prisioneros Palestinos organizaciones defensoras de los derechos humanos revelaron cifras verdaderamente escalofriantes acerca de esta vergonzosa situación.
Desde 1967, cuando ocurrió la llamada “guerra de los seis días”, han sido capturados por el ejército y la policía israelí 800 mil palestinos, lo que significa que casi la quinta parte de esa población, o el 40 por ciento de los varones adultos, estuvieron alguna vez tras las rejas.
Sólo en lo que va de este año un total de mil 900 personas fueron arrestadas por los más diversos motivos, de ellas 369 menores de edad y 36 mujeres. Un caso emblemático que dio la vuelta al mundo fue el de la niña Ahed Tamini, quien en diciembre de 2017 abofeteó a un soldado que irrumpió fuertemente armado en el patio de su vivienda, por lo que fue detenida durante un operativo con excesiva fuerza policial y luego juzgada por delitos graves como si fuera una adulta.
En la actualidad guardan prisión unas seis mil quinientas personas, de las que 700 sufren de alguna enfermedad crónica y carecen de los servicios médicos adecuados según las normas internacionales.
Recientemente un preso palestino murió víctima de cáncer, agravado por la indolencia de las autoridades penitenciarias. Otro fallecimiento ocurrió como consecuencia de las torturas aplicadas contra un prisionero.
Muchos fueron condenados como terroristas, por el simple hecho de oponerse a la ocupación israelí, o la destrucción de sus viviendas para erigir colonias en los territorios ocupados, una práctica que viola las leyes internacionales.
Otro elemento de tensión es el caso de Samer Isawi, quien fue liberado en octubre de 2011 con un grupo de palestinos a cambio del soldado israelí Gullat Shalidt, pero apenas había puesto un pie fuera de prisión fue capturado de nuevo.
Hace unos meses Isawi inició un ayuno intermitente como protesta por esta arbitrariedad y en la actualidad su estado de salud es muy grave y su deterioro físico parece irreversible. Saeb Erekat, responsable de negociaciones de la Organización para la Liberación de Palestina declaró que si Isawi muere la responsabilidad será de la comunidad internacional por su falta de acción en este caso.
Se conoció, asimismo, que 106 palestinos están presos desde antes de la firma de los Acuerdos de Oslo, en 1993, y otros 50 llevan más de 25 años en la cárcel.
A los ya condenados se suman al menos 200 “presos administrativos”, es decir palestinos que fueron capturados sin ninguna razón y pueden ser retenidos durante largos períodos de tiempo sin que se les presente ante los tribunales.
Se trata de graves violaciones a los derechos humanos que permanecen impunes por la indiferencia de muchos gobiernos y la complicidad de otros, entre estos el reputado adalid de “la democracia y las libertades”, Estados Unidos.