Por: María Josefina Arce.
El lanzamiento desde Cuba por la OMS y la OPS, Organización Mundial y Panamericana de la Salud, de su décimo sexta semana de inmunización de las Américas habla por sí solo de la alta valoración que tienen esas entidades del sistema cubano de salud pública y de su Programa de vacunación.
En estos días se busca inocular a unos 70 millones de personas contra enfermedades peligrosas prevenibles. Es así que se reforzarán las acciones contra el sarampión ante la notificación en la zona de más de 380 casos y brotes en los primeros meses del año, la poliomielitis, la fiebre amarilla, entre otras.
Esta iniciativa es impulsada por la OPS desde 2003 para proteger a la población de la región de diferentes dolencias.
Precisamente en territorio cubano se realiza en estos días la segunda etapa de la quincuagésima séptima campaña nacional de vacunación antiopoliomielítica oral y cuya primera fase tuvo lugar del 26 de febrero al 3 de marzo pasado.
Para las autoridades sanitarias es una prioridad que no quede un solo niño sin inmunizar, por eso además de que cada policlínico del país cuenta con las dosis necesarias, esta también llega a los lugares de difícil acceso.
Desde 1962 en la Mayor de las Antillas se desarrollan campañas de vacunación, en las que intervienen no solo el Ministerio de Salud Pública, sino también las organizaciones de masas, y que han posibilitado que varias enfermedades hayan sido erradicadas y otras no constituyan problemas de salud para nuestro país.
Como resultado de todas estas acciones, Cuba se convirtió desde 1962 en el primer país de las Américas y uno de los primeros del mundo en estar libre de polio. En 1972, se elimino el tétanos neonatal y en 1979 la difteria.
El férreo bloqueo económicos, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos desde hace más de medio siglo y las adversas condiciones internacionales no han impedido que la Mayor de las Antillas mantenga sus constantes campañas para proteger a la población.
Los expertos califican de extraordinario el impacto para el bienestar de las familias cubanas del perfeccionamiento del Programa nacional de inmunización, que hoy cuenta con 12 vacunas.
Más de 84 millones de dosis de vacunas antipolio se han aplicado en el archipiélago desde 1962 hasta el 2017, lo que ha permitido proteger a todos los cubanos menores de 70 años.
El país dispone además, de otras vacunas no comprendidas en el programa nacional, para inocular periódicamente a determinados grupos de riesgo, como los ancianos, enfermos de SIDA y trabajadores agrícolas. Entre ellas están las que protegen contra la influenza, la fiebre amarilla y la leptospirosis, esta última otro logro científico cubano.
La inmunización contra la influenza, en particular, se ha mantenido sistemáticamente con la vacuna de la temporada desde el año 1997, cuando se aplicó a 18 mil personas en hogares de ancianos.
La semana de vacunación de las Américas también coincide con la Convención Internacional Cuba-salud 2018 y la Feria Comercial Salud para Todos, que reúne en La Habana a casi tres mil delegados de 90 países y 190 firmas de 32 naciones.
La amplia participación foránea es también un reconocimiento al compromiso y la voluntad política del gobierno cubano que ha posibilitado los avances que exhibe hoy Cuba en la salud pública y, que la sitúan a la altura de países desarrollados.