Por Nicanor León Cotayo
La agencia noticiosa italiana ANSA reveló este miércoles en Washington que el presidente mintió sobre su estado de salud.
Durante la campaña electoral en 2016 Donald Trump le ordenó a su entonces médico personal, Harold Bornstein escribir que le certificara “el candidato republicano goza de una salud extraordinaria”.
Lo anterior, entre otros testimonios del galeno, fue divulgado por CNN.
El profesional también hizo constar que en febrero pasado su consultorio en Manhattan fue allanado por dos hombres del mandatario, quienes extrajeron todos sus documentos clínicos.
Bornstein ratificó a CNN que "fue Trump quien dictó todo el certificado. No lo escribí yo".
Y agregó que el texto incluyó: “sería la persona mejor dotada, jamás electa en la Casa Blanca".
Si todavía fuera necesario -porque ya no lo es- demostrar que el actual presidente de Estados Unidos es un farsante, aquí estaría una prueba contundente.
No olvidar que el extenso inventario de sus falacias ha circulado ya en Washington y otras plazas del mundo, a través de distintos medios.
Un cercano ejemplo es que fue denunciado por el periodista Jonathan Greenberg de la revista Forbes al reportar cifras falsas sobre sus ingresos personales.
Además ha estado vinculado a varios escándalos y acusaciones públicas formuladas por modelos de revistas “picantes”, incluso, les entregó dinero para comprar su silencio.
En este contexto, Donald Trump, hijo de un antiguo integrante del Ku Klux Klan y racista confeso, ha acusado a Cuba y Venezuela de violar los derechos humanos y carecer de libertades.
Ahora, este miércoles, para sorpresa de muchos, 18 congresistas republicanos propusieron al presidente de Estados Unidos como candidato al Premio Nobel de la Paz.
Como se lee en una obra clásica de la literatura mundial: ¡Cosas veréis, Mío Cid!
(Tomado de Cubasí)