Por: Guillermo Alvarado
Transcurre ya una semana que resultará decisiva para las elecciones presidenciales de Venezuela, programadas para el domingo 20 de mayo, donde la mayoría de las encuestas dan como favorito a la reelección en su cargo al actual jefe de Estado, Nicolás Maduro, garantía de la continuación de las transformaciones realizadas por la Revolución Bolivariana instalada en 1999 gracias al comandante Hugo Chávez.
De acuerdo con un sondeo publicado recientemente por la firma International Consulting Services, ICS, Maduro obtendría el 55,9 por ciento de los sufragios, seguido por los opositores Henry Falcón, quien alcanzaría el 32,1 por ciento de votos y el pastor evangélico Javier Bertucci, que quedaría tercero, con 7,5 puntos.
Hay otras empresas que dan resultados más cerrados, pero siempre con el actual presidente a la cabeza, excepto Datanálisis, que publicó la única encuesta favorable a Falcón, con unos seis puntos por delante de Maduro.
Hay que señalar que en estos comicios la oposición se presenta en orden disperso, pues el núcleo más a la derecha de la mal llamada Mesa de la Unidad Democrática se negó a participar e incluso ha hecho llamados a países que los apoyan y financian para que promuevan la anulación del evento.
El mismo Falcón fracasó en su intento de presentarse como candidato único cuando Bertucci se negó a renunciar a sus aspiraciones, con el argumento de que él es el único capaz de derrotar al presidente Maduro y tendrían que ser los demás quienes declinasen la nominación a su favor.
Es poco probable que en los escasos seis días que faltan para la cita con las urnas pudiera darse una unión de último momento, o que esta pudiese tener algún impacto en la voluntad de los votantes, la mayoría de los cuales a estas alturas ya han decidido a quien favorecer con su voto.
Permanece latente, eso si, el riesgo de alguna acción violenta, emanada de la desesperación de la extrema derecha, apoyada por intereses foráneos, con el ánimo de entorpecer el proceso.
Eso sin olvidar que las votaciones se celebran bajo una intensa guerra sucia, tanto en el plano interno como internacional, encabezada por Estados Unidos en su afán de volver a poner las manos sobre el petróleo y otras riquezas naturales venezolanas.
Recordemos que la semana anterior se publicó la denuncia de que, si Washington es incapaz de evitar la victoria de Maduro el próximo domingo, prepara bajo la bandera de la desprestigiada Organización de Estados Americanos y su abyecto secretario general, Luis Almagro, una fuerza militar de intervención en la que participarían algunos gobiernos sumisos de la región.
Esta será, pues, una semana intensa donde chocará la voluntad del pueblo de Venezuela de mantener la Revolución Bolivariana y Chavista contra fuerzas antidemocráticas e intervencionistas, que creen posible llevar a ese país a un pasado de explotación, miseria y atraso del que empezó a salir hace casi dos décadas, a costa de esfuerzos y sacrificios.