Por: Guillermo Alvarado

En comentario anterior me referí a las habilidades para provocar golpes “suaves” del hasta hace unos días encargado de negocios de la embajada de Estados Unidos en Venezuela, Todd Robinson, expulsado por el gobierno Bolivariano debido su injerencia en el proceso electoral donde presionó a los candidatos opositores para que no participaran y restarle así legitimidad a ese evento.

Ampliaré ahora algunos elementos más del pedigrí de este señor, diplomático de carrera, periodista y que entre col y col fue un cercano colaborador de la exsecretaria de Estado, Madeleine Albraight, de triste recordación.

La primera mujer en ocupar ese cargo demostró de qué está hecha cuando siendo embajadora ante la ONU declaró el 12 de mayo de 1996 que los 500 mil niños muertos de hambre a causa del bloqueo de alimentos impuesto contra Iraq eran “un precio que vale la pena pagar”.

A esta “encantadora” dama, referente político de Robinson, no le perturbó nunca la conciencia la cantidad de infantes que perecieron en Irak por las guerras e invasión de 1991 y 2003, ni los que todavía fallecen como consecuencia de las armas utilizadas contra ese pueblo, en particular los proyectiles de uranio empobrecido.

Su oscuro expediente tampoco fue obstáculo para que el anterior inquilino de la Casa Blanca, Barack Obama, le entregara la Medalla Presidencial a la Libertad por “su contribución a la paz mundial”, una muestra de por dónde van los truenos en el país del norte.

Pero el señor Todd Robinson tiene otra madrina política que es, si cabe, aún más tenebrosa que la Albrigth, o por lo menos compiten nariz a nariz en su menosprecio a los valores humanos más elementales. Se trata de Ileana Ros Lehtinen, más conocida como la “loba feroz” por su infame papel en el secuestro del niño cubano Elián González por la mafia contrarrevolucionaria de Miami, de cuyo sector más reaccionario y brutal ella es una de sus líderes.

Esta mujer ha impulsado actos violentos contra su país de origen, Cuba, sin importarle que murieran o fuesen lesionados niños, mujeres o ancianos. Fue una de las principales patrocinadoras del confeso terrorista y asesino Luis Posada Carriles, recientemente fallecido sin que lo alcanzara el brazo de la justicia por sus múltiples crímenes, no solo contra la nación caribeña sino que también en otros lugares de nuestra región, como Honduras, El Salvador, Venezuela o Guatemala.

Ros Lehtinen se ha declarado favorable a las medidas de asfixia contra la economía de Venezuela, que tantas necesidades causan en esa nación sudamericana, y también impulsó la llamada Nica Act, destinada a cortar las fuentes de financiamiento al gobierno sandinista de Daniel Ortega.

Como se ve, Todd Robinson ha recibido la influencia de lo peor que hay en la política de Estados Unidos hacia América Latina y El Caribe, ya venga del partido Demócrata o del Republicano y nadie tenga la menor duda de que seguirá conspirando, donde sea que esté, contra los gobiernos progresistas que luchan por un mundo mejor, con soberanía, independencia, justicia y solidaridad, temas que en Washington levantan severa urticaria.