Por: Maria Josefina Arce

Cuba se ubica al lado de las naciones mas desarrolladas por sus índices de salud y está en esta esfera a la vanguardia en América Latina. Destaca su baja tasa de mortalidad infantil que por diez años consecutivos ha sido menor a cinco por cada mil nacidos vivos.

Si el 2017 concluyó para la Mayor Isla de las Antillas con un índice de cuatro por cada mil nacidos vivos, ya en los primeros cinco meses del presente año se ha logrado disminuir esa cifra a 3,9, la más baja de su historia, y se trabaja para continuar en ese camino.

El ministro cubano de Salud Pública, Roberto Morales, citado por la televisión nacional, expresó que el nuevo récord evidencia la consolidación del programa materno infantil y destacó los esfuerzos del gobierno en la atención primaria, en hogares maternos y unidades intensivas pediátricas.

Para las autoridades sanitarias cubanas la reducción de la mortalidad en los recién nacidos es una prioridad y con ese propósito se consolida el PAMI, Programa de Atención Materno Infantil, cuyo objetivo fundamental es ofrecer un seguimiento integral a las embarazadas.

En este contexto, se ofrecen consultas especializadas que atienden desde la nutrición hasta la salud mental de la gestante para garantizar su salud y la del feto.

Dentro del PAMI existen distintos subprogramas, entre ellos la atención genética, vacunación a la embarazada y los hogares maternos, considerados centros de referencia para atender las diferentes patologías que aparecen con el embarazo.

También se cuenta con diferentes hospitales que son centro de referencia para las patologías o complicaciones diagnosticadas durante esos nueve meses, que trabajan unidos al médico y enfermeras de la familia quienes chequean constantemente a la gestante garantizan que llegue a buen termino el embarazo.

El esfuerzo, sacrificio y compromiso de miles de profesionales que laboran en los servicios de atención materno-infantil, más la voluntad política del estado de garantizar una adecuada asistencia médica han hecho posible que Cuba sea hoy un referente en salud y exhiba una baja tasa de mortalidad infantil, una quimera todavía para muchas naciones en el mundo.