Por: Guillermo Alvarado
Casi 90 millones de mexicanos se preparan para participar en las elecciones más grandes de su historia por el número de cargos que estarán en disputa el próximo 1 de julio, cuando se votará por el futuro presidente de la República, 128 senadores, 500 diputados federales y autoridades municipales en 30 de los 32 estados que componen la nación latinoamericana.
El evento también está calificado como el de mayor violencia, con el asesinato de 116 candidatos a distintos cargos y de diversas ideologías o partidos políticos, así como cientos de actos de agresión e intimidación contra activistas y familiares de aspirantes a ocupar puestos públicos.
Los periodistas tampoco escapan a esta situación y desde el inicio de la contienda, en septiembre del año pasado, se conocieron 49 ataques vinculados con la cobertura de las votaciones, de los cuales 45 fueron contra comunicadores y cuatro dirigidos hacia medios de información.
Como es natural, la máxima atención dentro y fuera de México está dirigida a saber quién será el próximo ocupante de la residencia de Los Pinos, como se conoce a la sede de la presidencia.
A lo largo de la contienda la totalidad de los sondeos de intención de voto mantienen a la cabeza por amplia ventaja a Andrés Manuel López Obrador, líder del Movimiento de Regeneración Nacional, MORENA, y candidato de la coalición progresista Juntos Haremos Historia.
AMLO, como se le conoce por las iniciales de su nombre, concurre por tercera ocasión a la lucha por la presidencia y de acuerdo con el último sondeo de la empresa Mitofsky aventaja por 18 puntos a Ricardo Anaya, quien representa a una extraña unión del conservador Partido Acción Nacional y el hasta ahora considerado izquierdista Partido de la Revolución Democrática, que ha perdido una cuantiosa cantidad de miembros por su alianza con una formación considerada como su principal adversaria en el terreno de las ideas.
En tercer lugar está José Antonio Meade, candidato del Partido Revolucionario Institucional, el PRI, que más veces ha gobernado el país desde su fundación por Plutarco Elías Calles en 1929.
La ventaja de López Obrador sobre sus dos rivales ha impuesto el ritmo de la campaña y tanto Anaya como Meade han ocupado mucho más tiempo en atacar al dirigente de MORENA, que a presentar propuestas serias de gobierno.
Un cuarto candidato, Jaime Rodríguez Calderón, que se presenta a título independiente, no rebasa el 3,9 por ciento en la intención de voto para este domingo.
Sobre las elecciones flota el fantasma del fraude, que no es extraño en un país con un largo historial de triquiñuelas y malos manejos, como el acarreo de votantes, la compra de sufragios, o fraude simple y llano a la hora de contar los votos.
Este ambiente no mejoró con el anuncio de las autoridades comiciales de hace pocas horas de que tendencias definitivas en el voto sólo se conocerán hasta la mañana del lunes, por lo que será una larga, muy larga jornada para conocer el destino de la democracia en un país de gran influencia regional.