Por: Maria Josefina Arce.

Hace un año de los lamentables sucesos de Charlottesville, en Virginia, que se convirtieron en un símbolo de la tensión racial, y en Estados Unidos todo sigue igual. Los grupos de supremacistas blancos están ahí y comienzan a mostrarse con mayor fuerza en la sociedad norteamericana, alentados por la actual coyuntura política.

De acuerdo con la Liga Antidifamación, citada por la agencia noticiosa Prensa Latina, el odio y la propaganda de los grupos de extrema derecha han estado en un alto nivel durante el último año.

La organización documentó más de tres mil incidentes de extremismo o antisemitismo en el país en 2017 y 2018, los cuales incluyen concentraciones de nacionalistas blancos, tiroteos, asesinatos, complots y ataques.

Se estima que los grupos de odio han aumentado en Estados Unidos de 600 en el año 2000 a más de 900 en la actualidad, un hecho que sin dudas. esta fuertemente vinculado a la política de la actual administración estadounidense.

Los comentarios xenófobos del presidente Donald Trump contra los inmigantes mexicanos, su empeño en construir un muro en la frontera común con México y las directivas puestas en marcha para impedir la entrada a territorio estadounidense de ciudadanos de otras naciones por cuestiones religiosas son el escenario propicio para la proliferación de los extremistas.

Ahora el mandatario afirmo que "Los disturbios en Charlottesville hace un año causaron muerte y división sin sentido", pero son muchos los que no han podido olvidar sus palabras tras los sucesos, cuando dijo que hubo responsabilidad de ambas partes, tanto de los extremistas como de quienes protestaban contra el racismo.

De hecho una encuesta divulgada en los últimos días arrojó que el 55 por ciento de los norteamericanos considera que las relaciones raciales empeoraron desde la llegada de Trump a la Casa Blanca.

Lo cierto es que la actitud de Trump ha generado una fuerte polémica en la sociedad estadounidense, que en gran parte se opone al incremento del odio y la intolerancia. La controversia llegó incluso, el pasado ano hasta el sector deportivo donde los jugadores de la Liga de Fútbol Americano protestaron contra el racismo.

La realidad es que la discriminación racial esta presente en Estados Unidos y como advierten los expertos esta creciendo, aunque asuma nuevas formas, alentadas por un presidente que recibe elogios de los extremistas blancos, quienes le dieron su voto para llega a la Casa Blanca en enero de 2017.