Por María Josefina Arce
La presencia en la ciudad de Nueva York del presidente cubano, Miguel Díaz Canel, es una oportunidad para intercambiar opiniones con los distintos sectores norteamericanos sobre el injusto bloqueo económico, comercial y financiero que desde hace más de medio siglo mantiene Estados Unidos contra el pueblo de Cuba.
Como parte de la apretada agenda que desarrolla el mandatario cubano, quien este lunes intervino ante la ONU, estuvo un encuentro con congresistas republicanos y demócratas, en el que ratificó la voluntad de la Mayor de las Antillas de promover el avance de las relaciones bilaterales.
Díaz-Canel afirmó que el retroceso experimentado en las relaciones entre ambos países en tiempos recientes y la permanencia del inhumano bloqueo perjudican los intereses de sus respectivos pueblos.
Los congresistas estadounidenses, a su vez, en declaraciones posteriores a la agencia Prensa Latina y otros medios, expresaron la necesidad de que se levante el cerco económico, comercial y financiero impuesto por Washington al archipiélago cubano y la importancia de ampliar la cooperación entre ambos países.
No es la primera vez que senadores y representantes del norteño país se pronuncian a favor de poner fin a una política que, de acuerdo con el último informe de Cuba, ha causado a la nación caribeña en el período de abril de 2017 a marzo de 2018 perdidas por cuatro MIL 321 millones 200 MIL dólares.
En junio pasado, en Washington, en un panel titulado “Fomentar las capacidades agrícolas y económicas”, los participantes coincidieron que cuando se levante ese cerco y haya relaciones normales habrá una ganancia para las dos partes.
En esa ocasión el representante por Minnesota, Tom Emmer, afirmó que en el tema del bloqueo a Cuba el gobierno estadounidense ha estado del lado equivocado, al tiempo que señaló que existe un alto apoyo bipartidista a la existencia de mejores vínculos y de un cambio de política.
En la actualidad, afirmó, hay un gran impulso a favor de un nexo más estrecho con Cuba, pero lamentablemente apuntó que la administración del presidente Donald Trump escucha a un número pequeño de voces en lugar de a una mayor cantidad de miembros del Congreso.
De hecho en los últimos meses son varios los representantes del órgano legislativo norteamericano que han viajado a Cuba y han reiterado su oposición a esa unilateral medida que se ha recrudecido a raíz de la llegada a la presidencia de Trump y tras los avances registrados en el largo y complejo proceso de normalización de las relaciones entre las dos naciones.
Lo cierto es que el actual inquilino de la Casa Blanca desconoce la opinión de la mayoría de los estadounidenses, que están a favor del cese del bloqueo y por la normalización de los nexos bilaterales.
Desconoce también el sentir de la comunidad internacional que año tras año vota en la Asamblea General de la ONU a favor de poner fin a esa hostil política, que afecta esenciales derechos humanos de los cubanos como la salud y la educación.
Ahora durante su permanencia en territorio estadounidense el presidente cubano, Miguel Díaz Canel, aseguró que lleva a la ONU la voz de su país para denunciar la política aberrante del bloqueo norteamericano. Es una política que ya fracasó y seguirá fracasando, subrayó.