Por María Josefina Arce.
Esta ha sido una semana intensa en Nueva York, donde Cuba ha tenido un importante peso y ha sido depositaria de constantes muestras de solidaridad, respeto, admiración y respaldo a su lucha porque se ponga fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos desde hace más de medio siglo.
Donald Trump, quien desde su llegada a la presidencia de Estados Unidos ha retornado a la hostil e irracional política hacia la Mayor de las Antillas, no pensó quizás que en su propio país se escucharan vivas a la Cuba revolucionaria.
La presencia del jefe de estado cubano, Miguel Díaz Canel, en Nueva York ha despertado una ola de simpatía hacia el pueblo cubano, que en territorio estadounidense cuenta sin dudas, con numerosos amigos.
Así quedó de manifiesto durante el encuentro en la iglesia de Riverside, en el barrio de Harlem, donde hace 18 años pronunciara un discurso el líder histórico de la revolución cubana, Fidel Castro.
Sumamente emotiva fue la cita a la que asistieron más de dos mil personas y a la que se sumó el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, quien también recibió el respaldo de los presentes, ante las constantes agresiones de todo tipo de que es objeto la Revolución Bolivariana.
“Cuba sí, bloqueo NO. Viva Cuba revolucionaria” clamó la multitud presente y que recibió con aplausos a Díaz Canel, quien calificó como una catedral de fe y solidaridad a la mítica iglesia de Riverside.
Pero la demanda de que se ponga fin al bloqueo norteamericano, que de abril de 2017 a marzo de 2018 ha ocasionado pérdidas a Cuba por valor de más 4 mil 321 millones de dólares, también fue una constante en los encuentros que mantuvo el presidente cubano con diversos sectores de la sociedad. En ese sentido se expresaron miembros del Consejo Nacional de Iglesias de Estados Unidos, a quienes el mandatario de la nación caribeña agradeció su solidaridad, reflejada en múltiples momentos y acciones.
Congresistas norteamericanos de los partidos republicano y demócrata también expresaron su rechazo a una política que obstaculiza los vínculos entre los dos pueblos. En declaraciones a la prensa los legisladores expresaron el interés por estrechar los vínculos comerciales entre ambos países, especialmente en el ámbito de la agricultura.
Asimismo, manifestaron oponerse a las restricciones de viajes que el gobierno estadounidense aplica contra el archipiélago cubano, pues, como ellos también dijeron, Cuba es un país muy seguro.
Apoyamos plenamente la mejora del comercio agrícola y la cooperación con Cuba, y creemos que el actual cerco económico, comercial y financiero debería ser levantado, ese fue el consenso de directivos de la Asociación Nacional de Departamentos de Agricultura de Estados Unidos en su reunión con Díaz Canel.
El presidente cubano ha vivido días intensos en la ciudad norteamericana de Nueva York, donde intervino además, ante la Asamblea General de la ONU, la Conferencia Mundial de Paz Nelson Mandela y el segmento de alto nivel para promover el Día Internacional para la Eliminación Total de las Armas Nucleares.
Pero Cuba no solo ha dejado su mensaje de paz y solidaridad en territorio estadounidense, sino que a pesar de la hostilidad de la administración de Donald Trump, recibió una cálida acogida y constantes muestras de respaldo y respeto.
