Por: María Josefina Arce.

En Bayamo como bien afirman sus pobladores confluye el pasado y el presente  de Cuba. A esa ciudad del oriente cubano le cabe el honor de haber sido testigo hace 150 años de un hecho trascendental de nuestra
historia.

Un llamado a la lucha, un canto a la libertad y una muestra del sentir común se sintetiza en nuestro Himno Nacional, surgido en el fragor del combate de los cubanos contra la Metrópoli española y que fuera entonado por primera vez en la rebelde ciudad.

El patriota Perucho Figueredo daría vida a la letra del Himno que ha acompañado a cada cubano a lo largo de su vida y que es reflejo de la decisión de luchar y morir por preservar nuestra independencia y
soberanía.

La hora más bella y solemne de nuestra patria, así calificaría el Héroe Nacional de Cuba, José Martí, a aquel momento en que los bayameses entonaron el Himno, devenido en uno de nuestros símbolos
patrios.

En la ciudad norteamericana de Nueva York, en el periódico Patria del 25 de agosto de 1892 publicó Martí el texto de la también conocida como La Bayamesa para que  los emigrados cubanos conocieran su letra.

De este canto a la libertad diría Martí : para que lo entonen todos los labios y lo guarden todos los hogares...para que espolee la sangre en las venas juveniles, el himno a cuyos acordes...se alzó el decoro dormido en el pecho de los hombres.

Aquel momento importante de nuestra historia, que marcó el nacimiento de una nación de hombres y mujeres libres, lo recuerda todo cubano digno cada 20 de octubre en el Día de la Cultura nacional.

Pues como bien afirmara Eduardo Torres Cuevas, presidente de la Academia de Historia de Cuba, la historia gloriosa de nuestras gestas independentistas es también la historia de nuestra cultura.

El Doctor en Ciencias Históricas destacó que el Himno Nacional nació desde las entrañas de los patriotas, quienes también eran músicos, poetas e intelectuales, expresión de la cubanía que se estaba forjando en la nación.

Y en Bayamo, donde las fuerzas coloniales se rindieran a las tropas mambisas, cada año tiene lugar la Fiesta de la Cubanía, a la que asisten cultores de todas las artes y que confirma el amplio crisol que conforma la nacionalidad cubana.

Este sábado concluye el encuentro, que convierte cada mes de octubre a esa urbe del oriente cubano en un hervidero cultural y que preserva la identidad de los cubanos.

Y en el centro de esta festividad está el recordatorio de aquel 20 de octubre de 1868 en que se escuchó por primera vez una pieza de gran belleza y profundos sentimientos patrios: el Himno Nacional de Cuba.