Por: Roberto Morejón
Los cubanos aspiran a congregar todas las esferas industriales en busca de un desarrollo económico sustentable y sostenible, aunque el bloqueo estadounidense dificulta concretar el empeño.
Entre las estrategias de la nación destaca el desarrollo de diversos ámbitos como las industrias ligera, sideromecánica y del reciclaje, si bien existen limitaciones por la condición de país pobre.
No obstante, se programan inversiones, algunas en ejecución, para que la industria local se inserte en el avance de las ramas estratégicas de la economía. Para ello Cuba cuenta con acuerdos mutuamente ventajosos con Rusia y China, fundamentalmente.
La política en la dirección mencionada se destina notablemente a una imprescindible sustitución de importaciones y el incremento de las exportaciones. Una reunión ministerial reciente puntualizó sobre el imperativo de la reanimación productiva y el rescate de la cultura industrial.
El presidente Miguel Díaz Canel reiteró la importancia de fabricar productos localmente porque –destacó- brinda desarrollo y también soberanía.
En el trabajo por este camino tan loable los cubanos tropiezan con serios contratiempos generados por el bloqueo de Estados Unidos. Un proyecto de resolución presentado por la mayor isla de las Antillas a la Asamblea General de la ONU precisa que solo desde abril de 2017 a marzo de 2018 las afectaciones al sector de la industria por ese concepto ascienden a más de 50 millones de dólares.
El Grupo Empresarial de la Industria Química, por ejemplo, informó que la compañía española LOMISA no pudo suministrar piezas de recambio al proyecto cloro-sosa de la Empresa Electroquímica de Sagua la Grande en el centro del país. El fabricante de esos repuestos, Rheinhutte, abandonó la idea de concretar el surtido porque el destino final era Cuba.
Por otro lado, la industria del reciclaje cubana no puede conseguir equipamientos tecnológicos indispensables para la recuperación de los desechos reciclables porque son fabricados en Estados Unidos.
Sería extenso referir la mayor parte de los daños del bloqueo a la industria cubana, pero es válido destacar que las pérdidas en ese sentido se suman a un monto gigantesco en alza desde hace casi seis décadas.
Los daños acumulados por el cerco en toda la economía y lo servicios en ese lapso alcanzan la cifra de más de 933 mil 600 millones de dólares.
La persecución económica, el apoyo a la subversión y una retórica hostil caracterizan el mandato del presidente Donald Trump en relación con Cuba.
Se trata de una razón más para que la asamblea General de la ONU vote el 31 de octubre sobre un nuevo proyecto de resolución para instar a Washington a cesar el bloqueo contra Cuba.
