Por: Roberto Morejón

El pueblo y las autoridades de la República Popular Democrática de Corea brindaron un entusiasta, cálido y disciplinado trato a una delegación de alto nivel de Cuba, encabezada por el presidente Miguel Díaz Canel.

Tanto en los recibimientos oficiales en los que participaron entre otros el presidente Kim Yon Un como en los populares, los norcoreanos evidenciaron iniciativa, esplendor, talento y uniformidad.

Todo el programa de atención a la comitiva cubana estaba organizado a la perfección sin que por ello dejara de fluir el espontáneo sentimiento de hermandad entre ambos pueblos, luchadores por décadas frente al imperialismo.

La permanencia del Jefe de Estado cubano en Pyongyang deparará acuerdos mutuamente ventajosos en esferas como la educación, turismo y salud, además de asegurarse el mutuo apoyo político y moral en un clima internacional complejo.

Los norcoreanos agradecen a los antillanos su respeto y cordialidad desde mil 960, en el inicio de las relaciones oficiales, cuando el comandante Ernesto Che Guevara viajó a Pyongyang.

La nación caribeña reafirmó ahora a través del presidente Díaz Canel el respaldo a los esfuerzos de Corea Democrática en la construcción del socialismo y el logro de una paz estable e imperecedera en la península.

El gobierno cubano siempre abogó por el diálogo para encontrar la concordia en la península a través de la desnuclearización total, y sin la imposición de medidas coercitivas a la República Popular Democrática de Corea.

El pueblo y el gobierno de ese país deben tener derecho a establecer un modelo económico, político y social propio sin interferencia extranjera.

Se trata de un principio enarbolado por Cuba y que los norcoreanos consideran altamente, de ahí la efusividad en el trato a la delegación gubernamental visitante.

Como se reafirmó en el encuentro, los nuevos dirigentes cubanos trabajarán por la continuidad de los fuertes lazos de amistad con el país asiático, cimentados por los líderes Fidel y Raúl Castro y Kim Il Suny Kim Yon Yl.

Los cubanos son respetuosos de la realidad y costumbres de un pueblo como el norcoreano que como demostró durante la visita de Díaz Canel y sus colaboradores, se destaca por su laboriosidad y sentido de la unidad.

Se trata de atributos de los que poco se habla en medio de una feroz campaña mediática internacional que conspira contra las iniciativas de paz.