Por María Josefina Arce
Solo han transcurrido 17 días de su asunción como presidente y ya Andrés Manuel López Obrador ha dado pasos seguros en aras de cambiar el rostro de México, donde en este año se registró el mayor índice de violencia de las últimas dos décadas y la pobreza alcanza a más del 43 por ciento de la población.
Entre sus primeras medidas estuvo la firma de un decreto para la creación de una Comisión de la Verdad que investigue el caso de la desaparición de los 43 estudiantes de la escuela normal de Ayotzinapa, ocurrido hace cuatro años y que aún hoy enluta a la sociedad mexicana.
Ahora el presidente inauguró las obras de construcción del Tren Maya, una de sus promesas electorales y que busca saldar una deuda con el empobrecido sudeste del país latinoamericano.
Respeto por los pueblos ancestrales y pobladores de la zona por donde transitará el tren, así puede calificarse el hecho de la participación del jefe de estado en una ceremonia para pedir permiso y bendiciones a la Madre Tierra.
La liturgia, celebrada en el estado de Chiapas, uno de los más pobres de la nación, contó con la participación de representantes de las 12 etnias de origen maya que habitan la región de la península de Yucatán, donde se encuentran los destinos turísticos más populares y por donde cruzará el tren.
“Es algo histórico en nuestra tierra, en nuestra nación, con usted señor presidente que nos está tomando en cuenta. Al pueblo indígena lo han tenido en el olvido”, afirmó Emilio Ramírez, secretario de Desarrollo de Pueblos Indígenas.
De hecho las comunidades autóctonas registran el índice más alto de pobreza con más del 70 por ciento. Como bien afirma un artículo del diario mexicano El Economista en México no todos los pobres son indígenas, pero prácticamente todos los indígenas son pobres.
Las carencias más pronunciadas que presenta la población indígena son el acceso a la seguridad social y a los servicios básicos de vivienda. De acuerdo con un estudio de 2016 se estima que que el 77.6% de los indígenas no se benefician con la seguridad social y el 56.3% carece de servicios básicos para la vida como agua, luz, gas, drenaje y comunicaciones.
Las estadísticas muestran que 3 de cada 10 integrantes de una comunidad indígena presentan rezago educativo, incapacidad de alimentarse y baja calidad de sus viviendas. Y 2 de cada 10 no tienen acceso a instituciones para la salud.
Con la puesta en marcha del tren maya, que cruzará cinco estados, el nuevo gobierno mexicano busca incentivar el crecimiento económico en esas regiones para elevar la calidad de vida de sus pobladores que hoy enfrentan una difícil situación.
Las autoridades han propuesto destinar para la construcción de la obra unos seis MIL millones de pesos, lo cual deberá ser aprobado por el Congreso antes de que finalice el presente año.
Esta es una obra de justicia, así la ha calificado el presidente Andrés Manuel López Obrador, pues traerá beneficios para una región con una gran riqueza histórica y cultural, pero abandonada a su suerte por las administraciones anteriores.