Por María Josefina Arce.
México figura entre las naciones del mundo con mayor cantidad de pueblos autóctonos. Un diez por ciento de su población está conformada por indígenas, depositarios de una rica y diversa cultura y tradición y de un respeto y cuidado por la Madre Tierra.
El artículo dos de la constitución mexicana establece el reconocimiento de la composición pluricultural de la nación, sustentada originariamente en los pueblos indígenas, y sus derechos a la libre determinación y autonomía.
Aunque igualmente determina la obligación del gobierno respecto a estas comunidades, lo cierto es que esa es aún una asignatura pendiente y los pueblos originarios son marginados.
De acuerdo con las estadísticas, más del 75 por ciento de la población indígena de México se encuentra en situación de pobreza, y de ellos cerca de 35 por ciento en pobreza extrema.
De ahí que el nuevo presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, desde su asunción el pasado día primero haya hecho una prioridad de su gobierno promover la igualdad de oportunidades y eliminar cualquier forma de discriminación contra ese sector poblacional.
Entre sus primeras acciones está la constitución del Instituto Nacional de Pueblos Indígenas, dirigido por un miembro de esas etnias, y que tiene como principal objetivo apoyar a esos pueblos.
También inauguró las obras de construcción del Tren Maya, una de sus promesas electorales y que busca saldar una deuda con el empobrecido sudeste del país latinoamericano.
Ahora en los últimos días anunció la puesta en marcha del denominada Programa Nacional de los Pueblos Indígenas, que apoyará a los adultos mayores y discapacitados.
También se otorgarán becas de estudio a jóvenes de esas comunidades e, incluso, el presidente informó que la mayoría de las nuevas universidades públicas que se construirán, serán en regiones indígenas.
Por primera vez en décadas los pueblos originarios de México son tenidos en cuenta y se vela por sus derechos. Esa es la estrategia del nuevo gobierno presidido por Andrés Manuel López Obrador, quien ha manifestado que se va a escuchar a todos, a respetar a todos, pero dándole preferencia a la gente humilde.