Por: María Josefina Arce.
El Salvador concluyó un año de intenso trabajo al frente de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, en el que promovió la integración del continente, ante los intentos de la oligarquía de coartar bloques soberanos e independientes como la CELAC.
Nacida en 2012 el mecanismo regional es un espacio de encuentro de los 33 países miembros, soberano e independiente sin la presencia injerencista de Estados Unidos.
Aunque algunas naciones se han plegado a los dictámenes de Washington, el bloque, dirigido desde enero de 2017 por El Salvador, ha condenado los planes desestabilizadores contra los gobiernos progresistas y elegidos democráticamente en las urnas de Venezuela y Nicaragua.
La CELAC se ha mantenido y ha dejado clara la intención de la mayoría de sus miembros de continuar defendiendo a América Latina y el Caribe como una Zona de paz.
Durante su año al frente del mecanismo integracionista, la pequeña nación centroamericana también ha incentivado la realización de proyectos conjuntos para elevar el bienestar de los pueblos de los 33 países que conforman el bloque.
Es así que incentivó la agricultura familiar y desarrollo de las zonas rurales y se relanzó el Plan de Seguridad Alimentaria, Nutrición y Erradicación del Hambre de la CELAC.
En cien territorios de la región se ha centrado ese programa, que busca avanzar hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible y está apoyado por la FAO, Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura.
Ahora El Salvador ha traspasado la presidencia pro témpore a Bolivia, un país que destaca en el continente por su constante crecimiento económico y los programas sociales puestos en marcha a favor de toda la población, sobre todo de los sectores más humildes.
Bolivia es también reconocida por su postura a favor de la integración regional, por la que como nación ha trabajado arduamente desde que en 2006 llegara a la presidencia Evo Morales.
De ahí que ha manifestado su intención de fortalecer la unión del área para el 2019 y de continuar defendiendo a la CELAC como un mecanismo soberano que trabaja por el bienestar de los pueblos.
Para el país andino la existencia y la consolidación del mecanismo regional es esencial para preservar la paz y la independencia del continente, ante los planes hegemónicos de Estados Unidos, recrudecidos bajo la administración del presidente Donald Trum.
Bolivia tendrá ante sí un duro trabajo, pues Estados Unidos, aliado con varios países de la zona, intenta poner fin a la postura soberana de la mayoría del continente. Pero Bolivia no estará sola, dentro de la CELAC son muchos los que luchan por mantener vivos el ideario bolivariano y martiano de una Patria Grande.