Oportuno testimonio de un brigadista en la Feria del Libro

بقلم: María Candela
2019-02-12 18:39:15

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Lo que se aprendió fue más de lo que se enseñó, aseguró  Jorge R. Bermúdez.(Foto:la autora)

Por: Isis María Allen

En el año en el que la Revolución cubana celebra sus 60, no pudo haber momento más oportuno que este para traer de nuevo a la luz la Campaña Nacional de Alfabetización, una de las más trascendentes obras de aquel proceso iniciado en 1959.

Así recibo la más reciente presentación, por el momento sólo digital, del nuevo libro de la colección Realengo, del sello Ediciones La Memoria, del Centro Cultural Pablo  de la Torriente Brau, en la XXVIII Feria internacional del Libro.

Se trata de Un año de todos: Diario de un brigadista, del ensayista, poeta, y profesor Jorge R. Bermúdez, alguien que transmite sus experiencias de entonces, con la misma ternura con que en 1961 admiró y disfrutó el paisaje montañoso del Escambray, donde realizó la Campaña, o el amor platónico que por disciplina no pudo materializar en aquel especial entorno, y hasta el asombro, para estos tiempos, de haber vivido en un pequeño bohío con más de seis campesinos analfabetos, de diferentes edades y sexos y no haber escuchado ni una sola  discusión y mucho menos una obscena palabra.

Qué gusto escuchar tales testimonios! Pero no fue esto lo primero ocurrido en la jornada de presentación en el excelente escenario que es la Casa del ALBA, una de las subsedes de la Feria del Libro, allí, el director del Centro Pablo, Víctor Casaus tuvo a su cargo las atinadas palabras introductorias.

Dijo que entre los muchísimos valores que tiene el libro, tanto literario, como  emotivo e histórico está algo que ha sido recurrente en algunas presentaciones que se han desarrollado durante la feria y es el recuerdo de una etapa hermosa, pero a la vez difícil y dura.

Como dice el autor -precisó Casaus- esa gesta no solo ayudó a alfabetizar a las personas que lo necesitaban, sino que fue un proceso de aprendizaje para las personas que fueron alfabetizadas y para los alfabetizadores, quienes en su inmensa mayoría eran jóvenes. Como bien dice Bermúdez:

lo que se aprendió fue más de lo que se enseñó.

Comentó lo bueno que es recordar esa épica hermosa, en tiempos de urgente rescate de valores que se han ido deteriorando con el paso del tiempo y las dificultades. Libros como este -añadió- pueden aportar una visión útil porque constituyen una referencia verdaderamente valiosa a partir de la calidad de su escritura y de la sinceridad de sus historias.

No sin antes cuestionar el incumplimiento del sistema poligráfico, que nuevamente impidió a Ediciones La Memoria disponer del libro impreso para su presentación, el director del Centro Pablo cedió la palabra al autor.

Contó Bermúdez que este libro lo escribió treinta años después de la Campaña de Alfabetización y casi tres décadas después se publica.

Su decisión de hacerlo fue por considerar que una épica tan bella, particular y representativa de un proceso político y social de gran incidencia nacional y trascendencia  regional, no tuviera una presencia relevante en la literatura cubana, pues fueron cientos de miles de jóvenes, de uno y otro sexo que por primera vez abandonaron el ambiente familiar, el cine, el barrio, el parque, las motivaciones de esa edad, para irse a los montes, a los lugares más intrincados a alfabetizar personas de más edad y  con otra forma de vida, incluso inferior en el orden material, a la que se dejaba atrás para cumplir con la encomienda.

Asegura que aunque pudiera parecer ficción, el 95 por ciento de lo escrito refleja lo que fue tanto en lo que respecta a los adultos, los niños y hasta los animales que también tienen un protagonismo muy importante.

Entre las experiencias que califica de maravillosa cita la de la familia con la que vivió y su comportamiento en medio de la mayor humildad y pobreza, así como la relación con el entorno natural. Lamenta que ya en estos tiempos de urbanización y nuevas tecnologías olvidemos disfrutar de un atardecer o de una conversación bajo una ceiba o el reto de tratar de subir una loma para ver hasta donde podemos llegar: estas fueron cosas -afirma- que nos ayudaron a formarnos en nuestra relación con la vida y las personas.

Igualmente destacó la trascendencia de aquella campaña no solo para Cuba, sino también para el resto de América Latina y otras regiones en las que se ha podido erradicar o al menos disminuir el analfabetismo con métodos novedosos desarrollados en la Isla.

Por momento al libro de Bermúdez se puede acceder en el formato digital a través del Centro Pablo con el que el autor tiene estrechos vínculos y agradece la publicación de su libro que se corresponde con la línea que desarrolla esta institución que lleva el nombre de uno de los iniciadores de la literatura testimonial en lengua española por lo que valora a este, como un marco idóneo en el cual insertar su texto.

Para el término de la jornada llegó la presentación del trovador Carlos Fidel Taboada, quien dice estar siempre a la expectativa de la mejor presentación posible, dejó el sabor de ese encuentro de haceres que gusta proporcionar el Centro Pablo.



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