Por: Guillermo Alvarado

Luego de su fracaso en la aprobación del presupuesto nacional, el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, no tuvo más remedio de convocar a elecciones generales para el 28 de abril, unos comicios de alto riesgo por la presencia del partido de extrema derecha Vox, que podría convertirse en el árbitro de la contienda.

Sánchez gobierna no por mandato nacional, sino por el voto de censura que dio al traste con la administración de Mariano Rajoy, del Partido Popular, PP, y nada hace pensar que vaya a conseguir la mayoría absoluta en abril, por lo que evidentemente está apostando a una coalición que le permita mantenerse en el cargo.

Sin embargo, el panorama político español, como está ocurriendo en otros países de la Unión Europea, está cambiando a favor de la extrema derecha y eso quedó demostrado recientemente en Andalucía, hasta hace poco un feudo del Partido Socialista Obrero Español, PSOE.

En las recientes votaciones en esa región, la ultraconservadora Vox consiguió el 11 por ciento de sufragios suficientes para formar una alianza de la más rancia derecha y sacar del gobierno al PSOE.

Vox pertenece a una corriente nacionalista, xenófoba y racista que se ha ido extendiendo por el llamado Viejo Continente de la mano del estadounidense Steve Bannon, quien trabaja por instalar esa ideología en el Parlamento Europeo, cuyas elecciones ocurrirán apenas pasado un mes de las españolas y que representan un peligro no solo para ese continente, sino para todo el planeta.

Aunque aún no tiene fuerza para hacerse completamente con el gobierno de España, si podría obtener un número suficiente de diputados para aliarse con el PP y la nueva cara de la derecha del país ibérico, la agrupación Ciudadanos y desbancar a Sánchez.

Se trata de una organización con estrechos vínculos con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el jefe de Estado brasileño, Jair Bolsonaro, así como con sus similares europeas la Liga del Norte italiana y Alternativa para Alemania.

Vox se está nutriendo con el desencanto de la población hacia los políticos tradicionales y los efectos del desempleo, el encarecimiento del costo de la vida, la corrupción y el crecimiento de la pobreza.

Hacen creer a la gente que la causa de estos problemas radica en la inmigración que llega desde África y otros continentes, así como del empleo de recursos estatales para beneficio de los sectores menos favorecidos de la sociedad.

Pedro Sánchez escogió sin duda alguna el peor momento para convocar a comicios anticipados porque su partido no tiene la fuerza suficiente para gobernar en solitario y acaba de fracturar su alianza con los independentistas catalanes al negarse a negociar con ellos, justo cuando comenzó un juicio contra los líderes soberanistas que enfrentan penas de prisión similares a aquellas con las que en España se castiga a los culpables de asesinatos y otros delitos graves.

Viene entonces un período de intensas negociaciones que habrá de seguirse de cerca porque un tema extracontinental, el de Venezuela, formará parte de la agenda tanto en la izquierda como en la derecha española y se reflejará después en las elecciones parlamentarias europeas.