Por María Josefina Arce.
Cucutá es un municipio colombiano, capital del departamento Norte de Santander, en la frontera con Venezuela, donde Estados Unidos, apoyado por la derecha latinoamericana, ha montado todo un show mediático contra la revolución bolivariana.
La atención de la prensa se ha centrado en los últimos días en esa zona, en la que el venidero día 22 se realizará un concierto de apoyo a una supuesta ayuda humanitaria al pueblo venezolano, pero que esconde otras motivaciones bien claras.
Bajo el fabricado pretexto de una crisis humanitaria en Venezuela, se busca una intervención militar en la vecina nación, sabemos todos, rica en el codiciado petróleo y en otros recursos naturales.
La oligarquía dice querer socorrer a los venezolanos de una situación ficticia, pero lo cierto es que le molesta el gobierno del presidente constitucional Nicolás Maduro, elegido democráticamente en las urnas por la mayoría de los ciudadanos.
Si tan preocupada está la derecha, por qué no se siguen los canales correspondientes en lugar de orquestar todo un espectáculo a los ojos del mundo, pero además por qué nadie se fija en el mismo Cucutá, en la inseguridad que se respira en esa ciudad de Colombia, que también tiene alarmantes índices sociales.
Norte de Santander está entre los departamentos que tienen una alta tasa de asesinatos de líderes sociales. Hasta diciembre del pasado año se había registrado la muerte de 23 activistas comunitarios.
A esto se suman las más de 50 denuncias presentadas ante la Fiscalía y la Unidad Nacional de Protección, que no han sido atendidas por el gobierno del presidente Iván Duque.
Pero al mandatario al parecer le preocupa más Venezuela que la situación que viven sus compatriotas en Cucutá, donde se registra el más alto índice de desnutrición infantil.
De acuerdo con un estudio 20 de cada cien niños en la ciudad padecen de desnutrición severa, que puede llevar a un retraso del crecimiento, un aumento en el riesgo de contraer enfermedades especialmente infecciosas e incluso la muerte.
Por demás, de acuerdo con las autoridades sanitarias, el departamento cuenta con el mayor número de personas pobres en el país y gran desempleo, la cuarta cifra más alta de Colombia.
Entonces si todos andan tan preocupados por lo que han tratado de vender como una crisis humanitaria en Venezuela, por qué no ayudan a los habitantes de Cucutá, por qué despliegan todo esa propaganda y show frente a los ojos de ciudadanos que sí pasan hambre y penurias.
Venezuela tiene problemas, es real, pero estos se han agravado por las sanciones de Estados Unidos y sus medidas para aislarla internacionalmente y derrocar a la revolución bolivariana.
Pero sus problemas deben solucionarlos todos los venezolanos y no personas ajenas que solo quieren presentarse como supuestos bienhechores y aprovecharse del momento para lograr sus objetivos de apoderarse del país.