Por Pedro Martínez Pírez
Con un sólido discurso del presidente de Cuba, Miguel Díaz-Carnel Bermúdez, concluyó una semana de intensa actividad legislativa que incluyó como hecho fundamental la proclamación de la nueva Constitución cubana.
Díaz-Canel llamó en su intervención a no subestimar la escalada de mentiras, amenazas y agresiones de políticos falaces, mediocres y criminales que dirigen desde Washington una ofensiva monroísta contra Venezuela, Nicaragua y Cuba, que padece el recrudecimiento de la persecución financiera y el incremento del bloqueo comercial.
Qué es si no el bloqueo de sesenta años de Estados Unidos contra Cuba convertido en ley, puntualizó el primer mandatario cubano, quien advirtió que Cuba sigue confiando en sus fuerzas y también en las fuerzas y la dignidad de otras naciones soberanas e independientes, y sigue creyendo también en el pueblo estadounidense, en de Lincoln, que se avergüenza de quienes actuan al margen de la ley universal en nombre de toda la nación norteamericana.
En otro momento de su importante intervención ante el Parlamento cubano subrayó Díaz-Canel que su gobierno se propone desarrollar una administración pública y empresarial más eficiente, con menos trabas y burocracia, con mayor transparencia y participación, con un vínculo directo y permanente con las bases sociales; con una más eficaz comunicación social, mayor informatización, más investigaciones científicas afincadas en las demandas y necesidades, y un rol más activo y de mayor impacto de las Universidades en la economía y la producción.
Recalcó el Jefe de Estado de Cuba que su gobierno está librando una batalla ética permenente contra la corrupción y las ilegalidades, así como ordenando y fortaleciendo las formas de gestión no estatales, reanimando las comunidades, e instalando la belleza y la cultura del detalle como prácticas de vida en todo el país.
Asumimos el mandato de cambiar todo lo que deba ser cambiado y corregir todo lo que entorpezca y retrase el camino a la prosperidad posible en el menor tiempo y con la mayor calidad, dijo Miguel Díaz-Canel, y enfatizó que lo que sí no cambiará es la actitud de Cuba frente a los que sostienen la espada contra nuestro país.