Por María Josefina Arce.

Ocho años ha cumplido uno de los programas sociales emblemáticos de la Revolución Bolivariana: Gran Misión Vivienda Venezuela, puesto en marcha bajo la presidencia del fallecido Hugo Chávez y que da respuesta al déficit habitacional heredado de los gobiernos neoliberales.

Tener una casa propia y en condiciones dignas era antes de 1999 un lujo de la clase media y clase media alta de Venezuela, donde proliferaban en las ciudades los llamados asentamientos informales también denominados marginales o no controlados.

En estos barrios, en los que se acentúan la desigualdad social, las condiciones eran precarias. Sus principales características eran el hacinamiento, dificultad para acceder a los servicios públicos , ausencia de espacios públicos e inseguridad.

De acuerdo con estadísticas oficiales, durante los 14 años previos al triunfo de la Revolución en el país se construyeron solamente unas 891 mil casas.

La Gran Misión Vivienda tuvo su punto de partida tras el deslave de 2011 en el estado de Vargas, que dejó unas 100 MIL familias damnificadas. Gracias a esta iniciativa cerca de tres millones de complejos habitacionales han sido otorgados en todo el territorio venezolano, en los últimos ocho años.

Hogares dignos para las personas más vulnerables, en situación de riesgo y en otras condiciones es el objetivo fundamental de este programa que ha venido a paliar la desigualdad social existente antes de la llegada de Chávez a la presidencia.

La iniciativa ha significado también un gran impacto para los indígenas venezolanos, marginados por los gobiernos anteriores. Las autoridades bolivarianas han prestado especial atención a estas comunidades, donde igualmente se edifican viviendas dignas y se tienen en cuenta la cultura de estos pueblos.

Decenas de miles de millones de dólares ha invertido el gobierno bolivariano en la edificación de viviendas dignas para los sectores más vulnerables, que cuentan con jardines, caminos, espacios públicos para los niños y adolescentes y otras ventajas.

El actual presidente constitucional Nicolás Maduro decidió continuar e imprimir un nuevo impulso a esa misión, a pesar de las sanciones económicas y el bloqueo financiero internacional de que es objeto Venezuela y que impone grandes obstáculos.

Sin embargo, para el ejecutivo que preside Maduro este programa representa una prioridad en la agenda del Plan de Recuperación y Prosperidad Económica, por lo que se ha trazado como meta la entrega de cinco millones de viviendas para el 2025.