Por: Guillermo Alvarado

Las votaciones para elegir a los 751 diputados al Parlamento Europeo comenzaron el jueves 23 de mayo y terminarán este domingo, cuando se darán a conocer los resultados oficiales y se sabrá cuál será la estructura de este órgano legislativo regional, donde la extrema derecha amenaza con cobrar fuerza.

Holanda y el Reino Unido fueron los primeros países en sufragar, le siguieron el viernes Irlanda y la República Checa; este sábado lo hacen Letonia y Eslovaquia y el resto irán a las urnas mañana domingo, sobre todos aquellos que tienen mayor representación parlamentaria, como Alemania, Francia, Italia y España.

Se suponía que este año el número de diputados a designar sería de 705, toda vez que el Reino Unido debía consumar su separación del bloque continental en marzo, pero las pugnas internas en la Cámara de los Comunes impidió el divorcio y el plazo se extendió hasta octubre.

La situación se ha complicado en este azaroso proceso que ya cobró su segunda víctima de importancia, cuando la primera ministra Theresa May anunció que renunciará al cargo el 7 de junio, apenas concluida la visita a Londres del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

May se sumará así a su antecesor, David Cameron, y a una treintena de ministros y altos funcionarios que se vieron obligados a dimitir ante los vaivenes de una separación que está resultando demasiado costosa en términos políticos a los británicos.

Fuera del tema del brexit, como se conoce a la salida del reino unido de la Unión Europea, las miradas están puestas en el comportamiento en las urnas de las agrupaciones de extrema derecha.

Un poco de tranquilidad aportó en este sentido el resultado extraoficial de los comicios en Holanda, donde a falta de una confirmación que solo ocurrirá en la noche del domingo, los socialistas habrían obtenido una inesperada victoria que hundió al ultra derechista Foro por la Democracia, que había prometido abandonar el acuerdo de libre circulación de personas, conocido como “espacio Schengen”, así como la moneda común, el euro.

Sin embargo falta ver qué ocurrirá en las potencias regionales, como Alemania, que tiene 96 escaños; Francia, con 79; Italia, que elige a 76; y España, con 59.

Hay algunos analistas que consideran a estas elecciones como un referendo sobre el futuro de la Unión Europea, si bien a mi juicio el tortuoso camino del brexit ha demostrado que es muy complejo pensar en una disolución del bloque continental.

Si algo hubiese de cambiar, debiera ser aumentar la preocupación por el estado de bienestar de la población, afectada por las asimetrías evidentes entre los socios y quitar el énfasis en las cuestiones técnicas y macroeconómicas.

En un mundo que se aspira que siga siendo multipolar, es importante mantener este tipo de estructuras para contener las ansias hegemónicas de Estados Unidos y su actual gobierno, empeñado en ir contra la globalización y el carácter multilateral de las relaciones entre los países.