Claroscuros del desembarco en Normandía

بقلم: Maite González Martínez
2019-06-06 09:51:22

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Desembarco en Normandía. Foto / La Segunda Guerra Mundial

Por: Guillermo Alvarado

Numerosas son las ceremonias programadas con motivo del 75 aniversario del famoso “Día D”, el desembarco de las tropas aliadas en las playas francesas de Normandía, realizado el 6 de junio de 1944 para abrir el frente occidental y contribuir a la derrota del nazismo alemán.

Se trató de la operación naval más grande en todos los tiempos e involucró a siete mil buques que trasladaron desde las costas del Reino Unido a casi 160 mil hombres y 10 mil vehículos de combate hasta el otro lado del Canal de la Mancha.

No cabe la menor duda de que fue una acción bélica colosal, que costó la vida a más de 4 mil 400 efectivos de Estados Unidos, Reino Unido, Canadá y Francia, y entre 4 mil y 9 mil de Alemania.

La magnitud del enfrentamiento y el heroísmo de sus protagonistas que dieron la vida para enfrentar a una de las amenazas más graves de nuestra especie, el nazismo, están fuera de cualquier cuestionamiento y merecen todo el respeto y reconocimiento.

Hay cosas, sin embargo, que no se han dicho, o se han dicho mal, y conviene apuntarlas si se quiere rendir un completo homenaje a las víctimas de uno de los momentos más oscuros de la historia, como lo fue la II Guerra Mundial.

Historiadores y académicos occidentales llevan décadas sembrando en la mente de la gente que el Día D cambió el curso del enfrentamiento y fue el principio del fin del fascismo alemán y sus aliados de Italia y Japón.

En honor a la verdad esto no es exacto. El curso de la guerra había cambiado casi un año antes en la batalla del Arco de Kursk, del 5 de julio al 23 de agosto de 1943, cuando el ejército soviético rompió la columna vertebral de las tropas alemanas en el frente oriental y comenzó su ofensiva hacia occidente hasta la toma de Berlín el 16 de abril de 1945.

La apertura del segundo frente contra Hitler era una exigencia de José Stalin a sus aliados occidentales, pero estos la demoraron hasta que se dieron cuenta de que el avance soviético era indetenible y temieron perder la carrera por la capital alemana, como en realidad ocurrió.

Tampoco se habla con exactitud de las víctimas francesas del Desembarco en Normandía, donde varias ciudades fueron bombardeadas por los aliados hasta su destrucción total, como ocurrió en Saint Lô y Caen.

De acuerdo con el historiador militar Stephen Bourque en los ataques aéreos occidentales meses antes, durante y después del desembarco murieron unos 60 mil civiles franceses, pérdidas muy superiores a las de los dos ejércitos que se enfrentaron en esas playas.

La brutalidad de la segunda matanza universal me trae a la memoria aquella frase atribuida a Albert Einstein, de que si el hombre desata una III guerra mundial, la cuarta se tendrá que pelear a pedradas.



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