Por: Roberto Morejón

La oposición venezolana y en especial el autoproclamado presidente interino Juan Guaidó debieron sentirse abrumados por la descarnada admisión del secretario norteamericano estadounidense, Mike Pompeo, de la fragmentación existente entre los adversarios de la Revolución Bolivariana.

Como parte de declaraciones filtradas al The Washington Post, Pompeo reconoció el duro trabajo realizado para unificar a la oposición venezolana, sin conseguirlo.

Su afirmación de que hasta 40 de esos antagonistas pugnarían por ser presidente de Venezuela, confirma la atomización de los conspiradores para derrocar al gobierno constitucional de Nicolás Maduro.

Las palabras del jefe del Departamento norteamericano de Estado ponen de relieve la fragilidad de Juan Guaidó, titular de la opositora Asamblea Nacional de Venezuela, en desacato, aspirante a aglutinar a todos los desafectos.

Debe recordarse que fueron Mike Pompeo y el vicepresidente Mike Pence los artífices principales de la proyección artificial de Guaidó como presidente encargado el 23 de enero pasado.

Pero su sinuosa trayectoria y vaticinios incumplidos obligaron a la administración de Donald Trump a barajar alternativas suplementarias para forzar la caída del gobierno de Maduro.

Guaidó NO logró debilitar la unidad de las fuerzas armadas bolivarianas, atraer personas a anunciados paros laborales y lograr el reconocimiento diplomático de la mayoría de los 193 estados acreditados en la ONU.

También fracasó en su desesperada intentona militar del pasado 30 de abril, junto a su mentor Leopoldo López.

El propio Pompeo recurrió a opciones extremas ante la fracasada gestión de Guaidó. A veces amenazó con una intervención militar a Venezuela y otras pronunció mentiras absurdas, como aquella de que el Presidente de la nación sudamericana dejaría el poder, aunque Rusia lo impidió.

Los reveses del autoproclamado ponen a pensar a Pompeo, a quien se le notó decepcionado en sus recientes exposiciones por NO poder concretar sus planes nefastos sobre Venezuela.

Pero la comunidad internacional NO debe confundirse porque es necesario prepararse para otras embestidas de Pompeo, Pence y el asesor de Seguridad Nacional, John Bolton.

Mientras alistan otros planes insisten en repetir la letanía de la supuesta presencia de militares cubanos en Venezuela y el alegado control sobre las decisiones tomadas allí, una eventualidad negada rotundamente por La Habana.

En ese contexto, la filtración de las declaraciones de Pompeo en Nueva York sirven de alguna ayuda porque subrayan la catadura de los opositores venezolanos, sumidos en rencillas y ambiciones y divorciados de afanes patrióticos.