Por: María Josefina Arce.

Un informe de la OIM, Organización Internacional para las Migraciones, revela cifras escalofriantes sobre el número de personas que han muerto o desaparecido desde 2014 hasta 2018 en las rutas migratorias de todo el mundo.

Treinta y dos mil migrantes han perecido en un lapsus de cuatro años, una cifra que el organismo considera puede ser aún más elevada, dada la dificultad para realizar una evaluación precisa, ya que muchos cuerpos nunca aparecen.

La Organización Internacional para las Migraciones hace énfasis en los niños. De acuerdo con el documento casi MIL 600 han perdido la vida en ese período de tiempo, el más joven de ellos de apenas 40 días de vida.

De acuerdo con las estadísticas, un pequeño migrante fue reportado muerto o desaparecido cada día, como promedio, en esos cuatro años.

El Mar Mediterráneo ha sido la región mas mortífera para los menores, con 678 víctimas mortales durante el período que comprende el informe. En otras zonas como el sudeste asiático, Africa subsahariana y el norte de Africa también se reporta un elevado número de infantes fallecidos.

Otra área que va ganando una triste prominencia es la línea fronteriza entre México y Estados Unidos, donde la reciente muerte de una niña salvadoreña por ahogamiento junto a su padre sacudió a la comunidad internacional.

Pero el problema de los niños migrantes no se limita a la frontera. Si logran pasar a territorio estadounidense son apresados y ubicados en centros de detención en pésimas condiciones.

Hacinados y sin la debida atención, el destino de estos menores, que en algunos casos viajan solos, es incierto, ya que sus casos pueden tardar meses en ser resueltos, aunque legalmente deben ser entregados a los servicios sociales lo antes posible, normalmente en 72 horas para ir con familias de acogida o con sus familiares en Estados Unidos.

Dolor, tristeza y trauma se respira en esos centros de detención, donde por ley deben ser protegidos por el gobierno federal, pero están abandonados a su suerte y en muchos casos son los niños más grandes quienes se hacen cargo de los más pequeños.

La lamentable muerte de seis infantes bajo la custodia de Estados Unidos es desgraciadamente una alerta sobre las malas condiciones en que son retenidos.

Organizaciones defensoras de los derechos humanos afirman que la crueldad con los pequeños es intencionada, es la política del gobierno del presidente estadounidense, Donald Trump.

Lo cierto es que frenar la inmigración indocumentada fue uno de los principales aspectos de su campaña electoral y ya en la presidencia continúa estando en su agenda de gobierno

Para ello Trump se ha valido de ciertas acciones sumamente controvertidas como parte de ese discurso de odio y racista que lo caracteriza, y que desgraciadamente ha encontrado eco en sus seguidores.

Los niños son las grandes victimas de la política antiinmigrante de Trump, que echa en saco roto la realidad de que viajan con sus familias huyendo del hambre, la miseria y la violencia de sus lugares de origen, en busca de mejores condiciones de vida y desgraciadamente lo que a veces encuentran es la muerte.