Por: Roberto Morejón
Los estrategas de la economía cubana admiten las tensiones creadas por el asedio de la administración estadounidense, pero auguran una modesta subida del Producto Interno Bruto en 2019.
En busca de provocar el colapso del sustento de Cuba, la nación norteña recrudeció la persecución financiera y restableció la aplicación de la ley Helms Burton.
Esas y otras medidas draconianas ocasionaron más restricciones en el acceso a las divisas y la importación de combustible.
De ahí el imperativo de empresas y unidades de servicios de laborar con menos carburantes.
No son pocos los potenciales inversionistas extranjeros con dudas si concretan los emprendimientos Cuba a causa del bloqueo y la Helms Burton.
A ese adverso contexto externo se suman limitaciones internas como una mentalidad empresarial dependiente de las importaciones.
Lo expuesto contribuyó a que en el primer semestre de 2019 Cuba NO conquistara los ingresos previstos por exportaciones, con afectaciones del turismo, el níquel por sus bajos precios y la venta de azúcar.
Sin embargo, el panorama está lejos de ser desolador como esperaba Washington.
Otras producciones esenciales cubanas tuvieron repuntes en los meses iniciales de 2019 y se aprecia una ligera reanimación del mercado interno después de recientes contracciones.
En medio de la buena noticia de que a la postre el Producto Interno Bruto creció 2,2 por ciento en 2018, superior a 1,2 por ciento estimado, los expertos opinan que ese indicador puede reportarse positivamente, aunque de forma moderada, al cerrar el actual calendario.
No será fácil, pues la llamada industria sin chimeneas prescindirá obligadamente de las divisas reportadas antes por los cruceros estadounidenses, ahora con prohibiciones de recalar en Cuba.
Además, persiste la tenaz persecución a barcos que acarrean petróleo a La Habana.
A favor de un sobrio repunte del Producto Interno Bruto en el año en curso también aportan el inicio de la explotación de inversiones, la producción de la industria química y el conveniente funcionamiento de servicios hidráulicos y de electricidad.
Empeñado en el avance del programa de construcción de viviendas, el gobierno coloca fuerzas y una parte de los menguados recursos en la conclusión de casi 16 mil casas al cerrar el segundo semestre.
Sin dar lugar a exceso de optimismo, las autoridades informan a la ciudadanía sobre insuficiencias y avances, entre estos últimos el cumplimiento de los ingresos en la ejecución del presupuesto de la nación y un déficit inferior al programado.
Es así que la vida de los cubanos prosigue mientras buscan sortear los perjuicios causados por acosos y sanciones de Estados Unidos.