Por: Roberto Morejón
Tanto en declaraciones gubernamentales como en foros internacionales, Cuba defiende el respeto a la autodeterminación, la soberanía y la paz, además de las normas rubricadas en el planeta para tratar de hacerlo seguro.
La mayor de las Antillas ampara un nuevo orden político, rechaza las injerencias de algunos gobiernos en los asuntos de otros países e impugna las medidas coercitivas unilaterales contrarias al derecho internacional.
Los llamados en ese sentido de los representantes de la nación caribeña son cardinales en la presente coyuntura mundial, signada por conflictos e intervenciones flagrantes.
Ocurre que países como Estados Unidos violentan los principios de la Carta de la ONU y menoscaban prerrogativa de América Latina de afianzarse como zona de paz.
Recuérdese la intervención de Estados Unidos en Siria, las sanciones contra Venezuela, Irán, Cuba y Nicaragua, la guerra comercial con China y la aplicación de cortapisas a Rusia, en alianza con Europa, con el pretexto de lo acontecido en Crimea.
En ese contexto al que se añaden las contradicciones entre Donald Trump y el gobierno de la República Popular Democrática de Corea, Cuba aboga por la preservación y fortalecimiento del multilateralismo, el papel central de la ONU y la solución de los diferendos a través de pláticas.
En una reciente reunión ministerial del Movimiento de Países no Alineados en Caracas, el canciller cubano, Bruno Rodríguez, instó a tomar nota del reclamo de que todos los Estados prescindan de ejercer presiones sobre otros países.
Cuba abogó allí por el establecimiento de un orden internacional democrático, justo y equitativo.
También mantuvo sus exhortaciones a profundizar los tratados en materia de desarme y en particular a alcanzar un mundo libre de armas nucleares.
Al respecto destaca que en 2018 la nación caribeña se convirtió en el quinto Estado en ratificar el Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares.
Contrasta esa actitud alentadora con la de otros Estados que marcan la pauta hacia un pretendido hegemonismo militar.
Cuando tantos focos de tensión permanecen activos, es primordial la unidad sobre todo de los países del Sur empobrecido, pues hay mucho por hacer.
Hace más de 20 años, el líder histórico de la Revolución Cubana Fidel Castro se pronunció en la ONU por un mundo sin hegemonismos, armas nucleares, intervencionismos, racismo, ultrajes a la soberanía, y con respeto a la libre determinación de los pueblos.
Esa aspiración justa todavía está pendiente de concretarse.