Por: Roberto Morejón
Cuando el verano de Cuba particularmente sofocante deja atrás los meses de vacaciones escolares y de muchos trabajadores, se reporta la afluencia masiva de personas a las instalaciones para el ocio y el esparcimiento.
Decenas de miles de nacionales acudieron a polos turísticos para disfrutar de litorales emblemáticos, una de las opciones recreativas.
Varadero, el principal enclave de sol y playa de la mayor de las Antillas, y Jardines del rey, en el centro-norte del archipiélago, se dibujan entre los más solicitados por los cubanos cuando en muchos casos familias completas recesan sus actividades.
Een el actual período estival, el turismo nacional crece 15 por ciento en los hoteles, a los que acuden los cubanos en familia, para cuyo objetivo hacen sus ahorros monetarios durante largo tiempo.
Para los ciudadanos a los que no les resulta posible acceder a los principales polos por su disponibilidad de recursos, se mantienen decenas de playas y el campismo popular con infraestructuras más modestas, pero reforzadas en su avituallamiento.
Para la recreación de los cubanos también se abrieron las facilidades de los carnavales en varias ciudades, como en La Habana, donde otras instalaciones como zoológicos, EXPOCUBA, Parque Lenin y Acuario ampliaron sus horarios de recepción.
Si bien limitaciones del transporte urbano hacen más compleja la movilidad de los vacacionistas, no pocos gozaron de las bondades de los nuevos coches ferroviarios chinos movidos por locomotoras reparadas que desde este verano corren por las líneas de acero desde La Habana hasta el oriente.
Las alternativas culturales también aumentaron sobre todo en La Habana, donde teatros y museos trataron de mantener una cartelera atrayente, complementada con algunas opciones cinematográficas, estas últimas por debajo de los requerimientos.
De manera que en medio de las limitaciones materiales del bloqueo, recrudecidas por la administración del presidente estadounidense, Donald Trump, los cubanos buscan soluciones para recrearse, de acuerdo con su poder adquisitivo.
Para los trabajadores de la esfera presupuestada resultó un alivio el aumento de salarios, cuya primera entrega coincidió positivamente con el período estival.
Después de los tórridos meses de junio, julio y agosto, los cubanos recuperan bríos para emprender en septiembre arduas tareas productivas y de servicios, hacer más eficiente la economía, ahorrar al máximo y extraerle más alimentos a la tierra, pues Estados Unidos aprieta el cinturón para obligar a este archipiélago a torcer su rumbo.