Por: María Josefina Arce
Cuando se piensa en un serio compromiso con el proceso revolucionario iniciado en Cuba en enero de 1959 inevitablemente acude a la mente la FMC, Federación de Mujeres Cubanas, una organización que ha hecho historia durante casi seis décadas.
Han sido años de enfrentarse a tabúes y estereotipos, pero el trabajo sistemático, responsable y serio de la FMC ha hecho posible que hoy las féminas sean un actor principal en las profundas transformaciones que tienen lugar en el archipiélago en aras de un socialismo próspero y sostenible.
Cada cubana cuenta. Desde aquella que tiene su frente de batalla en el hogar y en la comunidad, hasta la que en centros laborales y estudiantiles deja escuchar su voz para educar, transformar y defender sus derechos, garantizados por la revolución.
En las condiciones actuales del país, donde estamos viviendo un proceso de continuidad y fortalecimiento de nuestras instituciones, las mujeres estamos ahí, en todos los sectores, destacadas en cada frente donde somos necesarias, afirmó al diario Juventud Rebelde la secretaria general de la Federación de Mujeres Cubanas, Teresa Amarelle Boué.
La organización, con cuatro millones de miembros, sobresale por la respuesta a las problemáticas de las comunidades desde las casas de orientación a la mujer y la familia, donde se educa para cambiar viejos dogmas que aún lamentablemente persisten en la sociedad y se guía ante posibles hechos de violencia o se incentiva la incorporación a la vida laboral o a programas de superación.
La prevención social es otra tarea que distingue a la FMC, que en los barrios vela por cada familia y atiende con esmero a niños y jóvenes, cuidando de su desarrollo pleno y su incorporación a la escuela o el trabajo.
Las cubanas han acompañado cada campaña de vacunación que se ha realizado en el país y que ha posibilitado la erradicación de nueve enfermedades y el mantenimiento de cinco bajo control, con índices de impacto muy bajos.
Pero también un gran número de nuestros médicos o trabajadores de la salud son mujeres, quienes con la profesionalidad y el compromiso de salvar vidas han marchado a otros países para socorrer a damnificados por fenómenos meteorológicos, pero también para ayudar a mejorar los índices sanitarios.
En la educación también están presente de manera significativa. Con amor y mucha dedicación al frente de un aula han educado en muchos casos, a varias generaciones de cubanos que hoy son profesionales, obreros o trabajadores del campo.
Las féminas ocupan hoy un lugar de vanguardia, gracias a la revolución y a una organización que vio la luz el 23 de agosto de 1960 y no ha dejado durante décadas de luchar por el pleno desarrollo de sus integrantes y su total incorporación a la sociedad.
Una organización que hizo suyas las palabras del líder histórico de la revolución cubana, Fidel Castro, quien llamó a “...trabajar, organizar y a poner en actividad el espíritu creador, el entusiasmo de la mujer cubana, para que la mujer cubana, en esta etapa revolucionaria haga desaparecer hasta el último vestigio de discriminación; y tenga, la mujer cubana, por sus virtudes y por sus méritos, el lugar que le corresponde en la historia de la patria.”